Nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos a ese gran pensador que fue El Fary, porque hace ya dos décadas, en un programa de TVE, nos iluminara respecto a la Igualdad , que tanto daño está haciendo a la sociedad hispánica.

El autor de temas irrepetibles por su sensibilidad, como El morito Juan, Apatrullando la ciudad o La mandanga, nos dejaba para los anales de los derechos humanos, una irrepetible reflexión, que colocaba las cosas en su sitio ante tanto derecho mujeril que comenzaba a abrirse camino en el solar patrio. José Luis Cantero, que así se llamaba el ilustre filósofo, dejó para la posteridad la definición de un tipo de hombre despreciable y calamitoso, que muy acertadamente bautizó como ‘El hombre blandengue’. “Ese hombre de la bolsa de la compra y el carrito del niño con el coche y venga no sé qué. Me parece bien, pero ya te digo que la mujer abusa mucho de la debilidad del hombre”.

En realidad, la profunda y sensible reflexión de El Fary iba mucho más allá cuando aseguraba que siempre había detestado al hombre blandengue y que había, podido analizar que la mujer tampoco lo admitía, porque “la mujer es granujilla y se aprovecha mucho del hombre blandengue. No sé si aprovecha o se aburre. Por eso digo que el hombre debe de estar en su sitio y la mujer en el suyo”.

Aunque parezca mentira, después de tan ‘irreprochable’ corpus ideológico, este país no ha aprendido nada y las mujeres han seguido siendo más y más ‘granujillas’, para arrebatarles todos sus derechos a los machos hispánicos, ante la avalancha de hombres blandengues que les tienen rodeados.

Así las cosas no es de extrañar, que según ese nido de rojos irredentos que es el CIS, haya constatado que el 44% de los españoles de bien confiesan que “la igualdad ha ido demasiado lejos y les discrimina”; pero es que además, un 32,5% de las mujeres como Dios manda de este país, están de acuerdo con sus machotes discriminados por esas arpías de pelo morado; pero lo mejor es que hay cantera, porque más del 50% de los ‘borjamaris’ del frente de juventudes, de 16 a 24 años, están en la misma línea.

Si El Fary levantara la cabeza se sentiría orgulloso de que su teoría sobre la igualdad haya cosechado semejante éxito, aunque algunas rojeras mediáticas como Sandra Sabatés, nos haya recordado estos días que “tener la comida preparada, que te hagan la cama y que limpien la casa a diario no se llama derechos, se llama pensión completa”.