La jaula
Algunos lectores observan en estas crónicas sentimentales cierta exaltación bondadosa de mi pequeño mundo: la calle Real, la música popular, el cine español, las exposiciones del Torreón, mi Judería, el estímulo para escribir más y mejor… como si quisiera contagiar a todos mi enamoramiento de una Segovia que me ha robado el corazón.
Si tengo que elegir entre el “buenismo” y el “malismo” al escribir sobre ella, pregono sus muchas virtudes mil veces antes de criticar sus defectos. Esta postura positiva la comparo con la divulgación que hago de la cultura gabarrera; por supuesto que algunos gabarreros cometieron excesos furtivos en la sierra, empujados por la necesidad, pero prefiero contemplar el futuro del monte con una visión ecologista y regeneradora. No le quiero invadido, desordenado ni quemado. Creo que los aprovechamientos naturales de las leñas son importantes, pues limpian el bosque y evitan plagas e incendios. Las grandes ciudades del mundo tienen un parque enorme. Nosotros conservamos el Guadarrama, que es mucho mayor y mejor que el Central Park de Nueva York. Sin hacha ni motosierra, soy gabarrero.
Torreón de Lozoya.¿Pero es que no hay nada malo en tu Segovia y en tus gabarreros? ¡Cómo no!, pero quiero marcar una línea muy clara que valga para todo, lo trascendente y lo cotidiano, y quedarme en........
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