“La colaboración público-privada es el futuro de la gestión cultural”
Conversamos hoy con Carlos Urroz, Gestor Cultural y Asesor de Instituciones Artísticas. Fue director de ARCO Madrid durante diez años desarrollando ARCO internacionalmente e intensificando el vínculo con Hispanoamérica. También ha sido director de la Galería Helga de Alvear y en periodo más reciente director de TBA21 (Thyssen-Bornemisza Art Contemporary). Es profesor en el Máster sobre comisariado de la Universidad de Navarra.
En el ámbito de la exposición “Tendencias artísticas en España 1950-2000-Homenaje a la Casa del Siglo XV” que la Fundación Arte, Cultura y Patrimonio ha organizado en el Torreón de Lozoya de Segovia, Carlos participa, generosamente, en la mesa redonda que se celebrará el viernes día 28 de junio sobre galerías y coleccionismo.
— Su formación inicial es la de letrado asesor de empresas ¿Cómo llega al mundo del arte?
—El arte contemporáneo siempre ha sido mi pasión, aunque por diversas razones cursé estudios de derecho. En mi juventud me fui formando a través de visitas a museos, a galerías de arte en Madrid y en el extranjero, fue un aprendizaje muy orgánico, pero me sirvió para decidirme a orientarme hacia la gestión cultural. Los museos siempre fueron para mí lugares fascinantes, majestuosos, con esas paredes blancas, esos grandes espacios y esas obras que había que descifrar, por la posibilidad de conocer otras maneras de hacer, vidas diferentes a la mía, otras culturas…a través de la obra de artistas, pasados y presentes, comprendí otras realidades y creo que me hice más comprensivo y tolerante.
— Fue director de ARCO durante diez años y previamente subdirector cinco años junto a Rosina Gómez-Baeza ¿qué nos puede contar de esa etapa y qué papel tienen estas grandes ferias en el mundo del arte?
—Con Rosina Gómez-Baeza aprendí a trabajar en el mundo del arte, a respetar sobre todo a los artistas, también a los galeristas y su gran labor de difusión, a tratar con coleccionistas y personas interesadas en el arte…Fueron años de intenso trabajo de recuperación, tras la crisis producida en 1992, que me sirvieron para entender los roles de cada uno de los actores de la escena contemporánea: galeristas, comisarios, directores de museos, coleccionistas, compradores…todos tenían que tener cabida en ARCO, uno de los símbolos de la transición y del interés del público en el arte contemporáneo y que quince años más tarde era ya un gran evento internacional, un lugar de encuentro, donde se forjaron equipos curatoriales de muchas bienales y germen de museos e instituciones culturales.
Posteriormente, ya como director en 2011, hubo otro momento de recuperación del interés de las galerías internacionales y patrocinadores en la Feria como el gran evento de arte en nuestro país. ARCO siempre ha sido muy importante, tanto para IFEMA como organizador, como para las galerías españolas, donde generan gran parte de su negocio, y para las galerías internacionales y coleccionistas a quienes les encanta venir a Madrid. Era importante que ese proyecto continuara, tuviera relevancia y sirviera como plataforma de visibilidad para los artistas y las galerías. Afortunadamente tuve muchos apoyos para volver a situar a ARCO entre los grandes eventos internacionales.
—Trabaja con fundaciones e instituciones culturales para desarrollar sus proyectos. ¿Cuál crees que debe ser el papel de las........© El Adelantado
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