El actual gobierno nacional viene mostrando los dientes a todo el país, en diferentes frentes.

El decrecimiento financiero de Ecopetrol es una muestra de ello.

Las amenazas de racionamiento de energía y agua, cuando llegaron las lluvias con el mes de Abril, también asustan .

La joda de cortar relaciones con Israel por defenderse del terrorismo yihadista y por tener todavía secuestradas mujeres, incluidas niñas y bebés, a quienes presuntamente han violado flagrantemente, también son ganas de posar de defensores del derecho humano sin que hasta el momento Colombia se haya pronunciado sobre el permanente y terrible ataque de Rusia contra Ucrania, con miles de muertos y destrucción masiva.

Amenazar a los colombianos con una constituyente sin que pase por el Congreso ni por la Corte Constitucional, es un enredo semántico o mental.

Raparle a Antioquia los dineros de las vías 4G que beneficiarían a Urabá y a otras regiones del país, es una bellaquería.

En fin, tantas cosas que obligan a gran parte del país a pensar y decir que el doctor Petro ha logrado que muchos piensen y digan que “Colombia no es Venezuela”.
Ahora se nos vino el gobierno con una actitud que puede ser de retaliación porque la Comisión VII del Senado no le aprobó su reforma de salud, al intervenir a una de las más fuertes EPS (Sanitas), lo que puede significar que empieza a aplicarse esa reforma gobiernista decreciendo el funcionamiento de las EPS como alguna vez amenazó la exministra Carolina Corcho.

Posiblemente suceda lo mismo con Sura, Salud Total y otras, como parte de un “golpe” al sistema como lo dijo en el foro de los cafeteros realizado el pasado miércoles.

Lo cierto es que cualquier cosa que administre el gobierno, como sucedía antes y, ahora con mayor razón, jamás ha funcionado ni funcionará eficaz y adecuadamente, máxime cuando también decrecieron los perfiles académicos para poder introducir gente de su entera confianza en la administración nacional, entre los que se encuentra el actual Supersalud, ficha ideológica escogida para—posiblemente—menoscabar aún más, uno de los sistemas más sensibles para los colombianos.