Ya se sabe que las estadísticas se interpretan con frecuencia sin las referencias básicas que permiten entender el asunto de que tratan en su contexto y globalidad. Nada digamos de las que tratan temas educativos. Entonces los responsables del área sacan punta a los números y pecho comparativo. Todos somos muy buenos. Y, al margen de las uves de victoria digitales, tan de moda y de modismo, los informes de la OCDE no parece que digan lo mismo. El tema educativo necesita reformas urgentes —con la presencia, básica y esencial, de los profesionales— y estabilidad política. Temas urgentes, con la mirada en el horizonte de un Pacto de Estado y no con leyes en permanente cambio, según las directrices de quienes gobiernan y sus permanentes derogaciones, que siempre suelen ser prioritarias en este campo, lo que indica más la cercanía a sus intereses que a lo educativo propiamente dicho. A veces las directrices sobre los conocimientos tienden más a resultados estadísticos que al propio conocimiento y los contenidos, con una carga horaria, además, bastante más alta que la media europea. Frágiles actitudes que provocan la falta de incentivos entre profesores y alumnos que conduce al empobrecimiento de la sociedad en su conjunto.

La crisis general de las Humanidades en el ámbito escolar afecta, cómo no, a la Literatura porque los dirigentes persiguen fomentar el hábito lector con textos más cercanos a sus intereses y lecturas contemporáneas, reduciendo así la valoración de los clásicos en su época y movimiento histórico. Ambas son posibles y necesarias en la progresividad de la enseñanza, responsabilidad, en este caso, que comparten, creo, legisladores y profesores, según testimonio de varios de estos últimos.

Uno de los mayores problemas, subrayado por no pocos docentes, es la falta del habitual enfoque cronológico para agrupar a autores de épocas distintas en bloques temáticos. «Si se lee La Celestina —afirma Mario Gutiérrez—, es para hablar sobre el machismo». Es un ejemplo. Descontextualizar el momento histórico es un error. Esta y otras circunstancias impiden que, como sistema, especialmente en la ESO, se extienda la carencia de un conocimiento esencial de nuestra historia literaria, con su inevitable referencia a la universal, como manifestación creativa de la lengua. Esta visión un tanto reduccionista es, a mi juicio, un notable empobrecimiento.

QOSHE - Literatura en horas bajas - Alfonso García
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Literatura en horas bajas

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13.11.2023

Ya se sabe que las estadísticas se interpretan con frecuencia sin las referencias básicas que permiten entender el asunto de que tratan en su contexto y globalidad. Nada digamos de las que tratan temas educativos. Entonces los responsables del área sacan punta a los números y pecho comparativo. Todos somos muy buenos. Y, al margen de las uves de victoria digitales, tan de moda y de modismo, los informes de la OCDE no parece que digan lo mismo. El tema educativo necesita reformas urgentes —con la presencia, básica y esencial, de los profesionales— y estabilidad política. Temas urgentes, con la........

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