Jerez no peca por exceso en una suerte de sublimación navideña que en otros lares converge hacia lo postizo. Aquí recibes por WhatsApp una felicitación de Paco Cepero con sonido de la guitarra propia y sobran otros argumentarios siempre yuxtapuestos. Aquí imitas el canon belenista de los dioramas del recordado Pepe Guerra y apuestas a caballo ganador. Aquí te retrotraes a los villancicos antiguos de ‘ancabuela’ “y -según el acento del poeta- es como si de pronto / todo el furtivo flujo del pretérito / convirtiera en rutina / la memoria que tengo de mañana”. Aquí se canta a compás y no como si se recitara un epitalamio en alejandrinos. La Navidad de Jerez nunca opera una Santa Transición -en demérito de su idiosincrasia- según los modismos que subyacen en los bajorrelieves de los caprichos del tiempo. Los jerezanos por lo común no aceptamos esa aleación -que a veces es alineación y alienación- formada por el óxido de las novelerías y el plomo del desconocimiento. En cuestiones del Nacimiento del Niño Dios no partimos peras con ningún vocinglero del futuro (compuesto de indicativo).

Una de las personas que más defendió el cante de la tierra por Navidad fue el siempre proactivo Antonio Núñez, nunca rendido a la superchería, a quien, tras su aún caliente fallecimiento, el mundo flamenco parece dedicarle una seguiriya de Manuel Torre: “Te fuiste de mi vera sin apelación”. Antonio Núñez fue un hombre íntegro, pausado, a veces hermético, otras muy extrovertido. Correcto sin decir oxte ni moxte. Se movía por las entretelas del orbe flamenco como Pedro por su casa. Cultivó la crítica con finura. Era dueño de una oratoria clara y concisa. Se le daba bien hablar en público sin folios de por medio. Jamás improvisó ningún argumento a medias contrastado. Su solidez periodística estaba basada sobre todo en un profundo conocimiento de la materia. En la Cadena Ser -Radio Jerez- y en este periódico, Diario de Jerez, desplegó buena parte de su quehacer informativo. Sus expresiones siempre lindaban con la amabilidad. Gustaba de vestir elegante y, en su calidad de comunicador, no regateó generosidad. Jamás escatimó en ofrecer oportunidades promocionales a los nuevos valores del cante, del baile, del toque.

Tuve la oportunidad de estrechar amistad con Antonio hará unos catorce o quince años. Le solicité que coordinásemos al alimón el Aula de Flamenco integrada en la amplísima y transversal programación cultural que entonces desarrollaba el Grupo Romero Caballero. Su condición de presidente de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz contribuiría a la causa con solvencia y eficacia. Eso pensé entonces. Y no erré en el intento. Ni en el planteamiento. Antonio, merced a sus contactos, y a su bagaje, enseguida conformó un calendario diverso y de veras plural. Esta colaboración entrambos se prolongó durante varias temporadas. Antonio trajo artistas de primera al salón multiusos del parque empresarial (Escuela de Hostelería). Recuerdo por ejemplo una actuación memorable de la joven cantaora María Mezcle. O la presentación -año 2009- del disco de Mariana Cornejo ‘Mariana de Cádiz en Cádiz por cantiñas’ -una antología muy especial que recogía diferentes formas y estilos de los cantes por cantiñas (excelente trabajo del poeta y flamencólogo Antonio Murciano)-. No olvido cómo nos felicitó la directora del CAF, Olga de la Pascua, abundando en que “el flamenco es un vehículo del sentimiento”. La artista gaditana decía sentirse muy feliz al recordar las cantiñas de sus paisanos ‘El chaqueta’, La Perla de Cádiz, Manolo Vargas u otros como la gran Paquera de Jerez, la Mejorana, las del Pinini, las del Pinto y las de Marchena. En esta obra colaboró Paco Cepero.

Por la citada sede de la Escuela de Hostelería pasaron otros artistas como el cantaor el Bornolero, primer premio Nacional de TVE en el programa ‘Lluvia de estrellas’. Presentó ante el público jerezano ‘El twist del faraón’ o, meses más tarde, la nueva web ‘Jerez Jondo’ del reconocido periodista jerezano Fran Pereira, con presencia de Francisco Perujo y el cantaor jerezano David Carpio. O la también presentación del disco ‘Tesoros del cante antiguo gaditano’, de Carmen Sánchez de la Jara. O el trabajo discográfico ‘Primera antología del fandango de Pepe Alconchel’, con letras de Antonio Murciano, Cristóbal Cortijo, Pepe el Calero y Antonio Riva. Asimismo las guitarras de Pascual de Lorca y Miguel Chamizo. Rememoro ahora la ovación que produjo el cante de un fandango dedicado a la torería de Juan José Padilla. O el disco ‘Entre los juntos del río’ de Manolo Simón. En torno a 50 actos organizamos a lo largo de cinco años. Este Aula de Flamenco concitó además el interés y la asistencia de numeroso público joven. Antonio Núñez siempre supo qué tecla tocar. Ahora ha subido al cielo, sin ningún contingente de opulencia ni falsas promesas. Amó el flamenco con la rectitud de su delineado traje de chaqueta, con la clarividencia de su timbre de voz, con la resolución de su capacidad de convocatoria. Gracias, Antonio, de nuevo, por todo aquello. Montamos -por méritos sólo tuyos- un jaleo. ¡Anda jaleo, jaleo!

QOSHE - Jerez: Antonio Núñez, in memoriam - Marco Antonio Velo
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Jerez: Antonio Núñez, in memoriam

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26.12.2023

Jerez no peca por exceso en una suerte de sublimación navideña que en otros lares converge hacia lo postizo. Aquí recibes por WhatsApp una felicitación de Paco Cepero con sonido de la guitarra propia y sobran otros argumentarios siempre yuxtapuestos. Aquí imitas el canon belenista de los dioramas del recordado Pepe Guerra y apuestas a caballo ganador. Aquí te retrotraes a los villancicos antiguos de ‘ancabuela’ “y -según el acento del poeta- es como si de pronto / todo el furtivo flujo del pretérito / convirtiera en rutina / la memoria que tengo de mañana”. Aquí se canta a compás y no como si se recitara un epitalamio en alejandrinos. La Navidad de Jerez nunca opera una Santa Transición -en demérito de su idiosincrasia- según los modismos que subyacen en los bajorrelieves de los caprichos del tiempo. Los jerezanos por lo común no aceptamos esa aleación -que a veces es alineación y alienación- formada por el óxido de las novelerías y el plomo del desconocimiento. En cuestiones del Nacimiento del Niño Dios no partimos peras con ningún vocinglero del futuro (compuesto de indicativo).

Una de las personas que más defendió el cante de la tierra por Navidad fue el siempre proactivo Antonio Núñez, nunca rendido a la superchería, a quien, tras su aún caliente........

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