Si indagamos –“al paso alegre de la paz”- en la historiografía más o menos contemporánea de las cofradías, posiblemente hallemos escasa referencia -acaso algún apunte biográfico a vuela pluma- a propósito de quienes consideramos artífices -hacedores, modeladores- de la actual configuración -mutatis mutandi- de nuestra jerezana Semana Santa. Quiere decirse que guías, publicaciones antiguas y revistas cofradieras de antaño, referencias periodísticas o libros históricos de corte ensayístico hablan repetidamente de personalidades como Juan de Mata López de Meneses, Manuel Martínez Arce, Pepe Gómez o Juan Pedro Bernal del Blanco, empero grosso modo, sin tampoco adentrarse en demasía allí donde el retrato personal, la descripción del temperamento, la anécdota, los usos y hábitos más genuinos de cada padre de nuestra Semana Mayor desplegase todo su corolario de señas de identidad. Digamos que sin mostrarnos el diagnóstico de la radiografía de la forma de ser. Haciendo honor a la verdad, en efecto hubo un programa televisivo, años ha, que, dirigido por el polifacético Enrique Víctor de Mora Quirós -una de las cabezas mejor amuebladas del orbe de las corporaciones nazarenas-, sí dedicó capítulos monográficos a cada una de estas figuras con nombres y apellidos. Aquello supuso, a no dudarlo, toda una aportación nominal, muy identitaria, cuyo contenido y cuyos contertulios ilustraron sobremanera conforme a cada personalidad, a su trayectoria y por descontado a sus enseñanzas. Una especie de dramatis personae pero sin ninguna obra de teatro en su trasfondo. No actores aunque sí gestores.

Para este ‘Jerez íntimo’ de hoy viernes se ha producido un fenómeno de convergencia. Sucede de cuando en vez. Pensaba un servidor publicar -y de hecho así he procedido- una fotografía de plano medio de Juan de Mata López de Meneses junto a otros dos prohombres de las cofradías que había llegado a mis manos no hace tampoco demasiado tiempo y, casi al unísono, como en un guiño de sincronicidad, la Academia de San Dionisio anuncia su tradicional ciclo ‘Jerez siempre’ con una ponencia además dedicada en parte a este cofundador de la Unión de Hermandades de Jerez. A mayor abundamiento, días atrás recupero por casualidad -sin pretenderlo- un artículo periodístico de José Ramón Fernández Lira titulado ‘Juan de Mata y Juan Pedro Bernal’. Data de la Santa Cuaresma de 1992. La ponencia, este pasado martes en la sede social de las Academia, del doctor José Miguel Merino Aranda, quien fuese hermano mayor de la Hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, -y a la que asisto- me ofrece el dato de un artículo ex profeso del histórico cofrade de San Miguel Rafael Cruz Molins dedicado también a Juan de Mata, de quien escribió que era “gran maestro de cofrades”. Todo converge en torno a un hombre y a un nombre. Quizá un dato no del todo conocido es que Juan de Mata fue también cofrade de Jesús Nazareno.

Fernández Lira, en la referida colaboración (periódico El Guadalete, 1992), escribe lo siguiente: “No es posible una comparación entre los pasos de principio de siglo y los de hoy. Todo este cambio a favor de la Semana Santa actual se lo debemos a unos especialistas: sobre todo a Juan de Mata López de Meneses y a Juan Pedro Bernal. Juan de Mata era un especialista, un auténtico virtuoso del tema. En vez de seguir con adjetivos, que con su uso y abuso han perdido toda expresión, recordaré que la Hermandad del Crucifijo es cosa suya. En sus líneas fundamentales sigue como la creó. Con ideas muy claras, y sabiendo muy bien lo que quería, concibió el paso de misterio, joya de la madrugada y orgullo de Jerez. En el paso de la Encarnación también sienta cátedra. Él explicaba muy bien lo que tenía que ser un paso de palio, lo veía como una evolución del dosel, de ahí la silueta tan original de la caída del palio de este paso, amén del total. Si se disfrutaba al escucharlo, más admiración causaba verlo trabajar (…) Juan de Mata, con talla superior a la media y volumen aún más que superior, se movía entre los varales y candelería con una facilidad que parecía cosa de mago (…) Consiguió fundar la Unión de Hermandades y con postura férrea implantó y defendió la Carrera Oficial. Una ciudad tan parca a la hora de agradecer, como es la nuestra, le ha dedicado una calle, una calle que se asoma a la Catedral por la puerta donde las cofradías entran para hacer estación de penitencia”. Pero nuestro gozo en un pozo: ya quitaron su denominación del callejero. ¡Reivindiquemos de nuevo su rotulación donde quiera que fuese!

En la fotografía que hoy ilustra este ‘Jerez íntimo’, y a la que hice alusión más arriba, aparecen tres cofrades de pro: Juan de Mata, José Reimóndez -padre del recordado Lete- y José Sánchez Estévez. La imagen corresponde a diciembre de 1960. El acto no se reviste de ningún perfil cofradiero. Se trata de una convivencia enmarcada tras una Asamblea de Antiguos Alumnos Marianistas -la que enseguida sienta a la mesa a tan preclaros representantes de nuestras hermandades-. Dios los cría… y ellos se juntan. ¿De qué hablarían durante la velada?

QOSHE - Jerez 1960: Juan de Mata en la Asamblea de Antiguos Alumnos Marianistas - Marco Antonio Velo
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Jerez 1960: Juan de Mata en la Asamblea de Antiguos Alumnos Marianistas

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09.02.2024

Si indagamos –“al paso alegre de la paz”- en la historiografía más o menos contemporánea de las cofradías, posiblemente hallemos escasa referencia -acaso algún apunte biográfico a vuela pluma- a propósito de quienes consideramos artífices -hacedores, modeladores- de la actual configuración -mutatis mutandi- de nuestra jerezana Semana Santa. Quiere decirse que guías, publicaciones antiguas y revistas cofradieras de antaño, referencias periodísticas o libros históricos de corte ensayístico hablan repetidamente de personalidades como Juan de Mata López de Meneses, Manuel Martínez Arce, Pepe Gómez o Juan Pedro Bernal del Blanco, empero grosso modo, sin tampoco adentrarse en demasía allí donde el retrato personal, la descripción del temperamento, la anécdota, los usos y hábitos más genuinos de cada padre de nuestra Semana Mayor desplegase todo su corolario de señas de identidad. Digamos que sin mostrarnos el diagnóstico de la radiografía de la forma de ser. Haciendo honor a la verdad, en efecto hubo un programa televisivo, años ha, que, dirigido por el polifacético Enrique Víctor de Mora Quirós -una de las cabezas mejor amuebladas del orbe de las corporaciones nazarenas-, sí dedicó capítulos monográficos a cada una de estas figuras con nombres y apellidos.........

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