Sentado en un bar de Buenos Aires, Pepe Cruz, un viejo masón exiliado en Argentina, me reveló que él fue quien sacó de la logia de Santa Cruz, felizmente restaurada, la lista de los masones, para librarlos de lo que la izquierdona llama “la horda franquista”. Pepe, el 18 de julio de 1936, ya de noche, horas después del tiroteo en la plaza de La Candelaria, o de la República, que acabó con la muerte del falangista Santiago Cuadrado y con la del cabo de asalto Muñoz Serrano, se dirigió en un coche prestado al templo de la calle San Lucas, buscó en las gavetas secretas y extrajo las listas de los masones adscritos a la logia Añaza. Metió los papeles en la maleta del coche y, sorteando los controles falangistas y del Ejército establecidos en la capital, se dirigió al muelle, donde se hallaba surto un barco belga, cuyo nombre no me reveló y tampoco el de su capitán, que era masón. José Cruz, para despistar, le había colocado al coche un banderín con el escudo de Falange en un guardalodos y, en el otro, la bandera de España. Así llegó hasta la escala del barco, con una lata de galletas inglesas, de aquellas grandes, cuadradas, que vendían los del cambullón. Subió al barco y le entregó al capitán aquellas listas, con lo que parece que las que manejaron el franquismo represor y los historiadores no eran las auténticas o, al menos, en ellas no figuraban las identidades de todos los hermanos. En cuanto pudo, porque la noticia trascendió, Pepe Cruz salió cagando leches para Venezuela, donde trabajó como chófer de la anciana hermana del general Gómez, el enérgico dictador. Y luego emigró a Argentina, donde yo lo conocí porque era amigo de otro tinerfeño de pro: Alfonso Delgado, una de las personas que vio al Che Guevara muerto en Bolivia.

QOSHE - Una historia de masones - Andrés Chaves
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Una historia de masones

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17.04.2024

Sentado en un bar de Buenos Aires, Pepe Cruz, un viejo masón exiliado en Argentina, me reveló que él fue quien sacó de la logia de Santa Cruz, felizmente restaurada, la lista de los masones, para librarlos de lo que la izquierdona llama “la horda franquista”. Pepe, el 18 de julio de 1936, ya de noche, horas después del tiroteo en la plaza de La Candelaria, o de la República, que acabó con la muerte del falangista Santiago Cuadrado y........

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