COMO un tiro, así va el Athletic. Eso transmite y eso se ve en el campo y se traslada a los resultados y a la tabla clasificatoria. Estado de forma inmejorable en todos los sentidos, futbolístico, físico y anímico. La mayoría de las veces una cosa lleva a la otra, pero es que es tal cual. La sensación de dominio al rival ofrecida el sábado ante el Rayo Vallecano nos hace pensar que estamos ante un nuevo escenario. Los leones están demostrando partido a partido que esto no es flor de un día y que esta temporada sí se puede alcanzar esa regularidad tan añorada en las últimas campañas en juego y marcadores. El esfuerzo siempre ha sido el mismo.

Muchas veces hemos hablado de la calidad de los nuestros enfrentándola a la de los rivales. Es obvio que el salto cuantitativo y cualitativo que le han dado al grupo algunos futbolistas se aprecia en cada acción de los partidos que vemos cada fin de semana. Hemos pasado de temer a ser temidos y esto es gracias a lo que ofrecen los futbolistas. En un entorno mejor todos mejoran y todos parecen mejores. Estamos pasando de destacar a unos pocos a hacerlo prácticamente con todo el colectivo. Este es el éxito y, precisamente, su continuidad es lo que llevará al Athletic a la consecución del objetivo.

La perfección no existe, pero en esto del fútbol si haces las cosas muy bien, los resultados llegan. El equipo de Valverde tenía problemas de ejecución. Llegaba pero no marcaba, ahora lo hace hasta en los partidos ásperos. Defensivamente el equipo sufre, pero con trabajo colectivo como ante los vallecanos, todo se minimiza. Cuando el bloque se mueve uniforme hacia adelante y hacia atrás, los problemas decrecen. La sensación de una idea global es la que hace que el rival sea un mar de dudas. Un solo golpe.

Es ilusionante observar cómo los rivales respetan a los rojiblancos no solo desde las ruedas de prensa, sino desde el propio césped. Hacía mucho tiempo que no veía tanto miedo en un rival como lo vi en el equipo de Francisco. Independientemente de que el técnico analizó el choque desde su perspectiva, habló de jugadas concretas que habían decantado el encuentro, los rayistas transmitieron desde el pitido inicial no estar nada cómodos sabedores que los que estaban enfrente les podían hacer un auténtico roto. Así fue, un meneo en toda regla.

Ahora, como se dice en estos casos, no hay que tocar nada. Dejar todo como está y alargar este gran momento lo máximo que sea posible respetando el calendario y a los rivales que nos vamos a encontrar en el camino. La pinta del equipo es extraordinaria y solo hay que confiar en el trabajo del míster y de la plantilla. Ellos y solo ellos son los culpables de que estemos disfrutando tanto. Estas alegrías son pura vitamina.

QOSHE - Viento en popa - José Manuel Monje
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Viento en popa

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04.12.2023

COMO un tiro, así va el Athletic. Eso transmite y eso se ve en el campo y se traslada a los resultados y a la tabla clasificatoria. Estado de forma inmejorable en todos los sentidos, futbolístico, físico y anímico. La mayoría de las veces una cosa lleva a la otra, pero es que es tal cual. La sensación de dominio al rival ofrecida el sábado ante el Rayo Vallecano nos hace pensar que estamos ante un nuevo escenario. Los leones están demostrando partido a partido que esto no es flor de un día y que esta temporada sí se puede alcanzar esa regularidad tan añorada en las últimas campañas en juego y marcadores. El esfuerzo siempre ha sido el mismo.

Muchas veces........

© Deia


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