Precisamente en la víspera de la Inmaculada Concepción el Athletic logró vencer sin problemas al Cayón. Vistos los partidos anteriores el respeto aumentó al paso de las horas, pero el equipo de Valverde no dejó nada a la improvisación y nada más arrancar el partido se vio que los leones no querían sustos. La preparación para este choque fue perfecta, la actitud de los futbolistas magnífica y la ejecución al mismo nivel. Los cántabros solo pudieron constatar la superioridad que se preveía, eso sí, nunca le quitaron la cara al partido.

Me gustó la alineación. Probablemente habrá gente que vio riesgo, para mí desde luego que no. Si muchas veces reclamamos más cambios y otras caras, es precisamente en estos enfrentamientos donde tienes que dar minutos a los menos habituales y por supuesto dar confianza a quien sale de lesión. Muy buenos minutos de jugadores como Prados e Imanol, dos goles de Villalibre y Yuri compitió desde el puesto de central. El resto estuvo en su papel demostrando que están ahí para cuando el míster los llame a filas. Muy buena noticia el debut de Jauregizar.

El control fue total salvo en algunos minutos de la segunda mitad. El Cayón al iniciar el segundo tiempo tuvo una muy clara y después se estiró en un par de lances con cierta facilidad. Valverde corrigió pronto dándole más control al centro del campo. Una noche plácida solo alterada por la lluvia de un Sardinero que nos recordó a tantas y tantas tardes de fútbol entre Racing y Athletic con las gradas siempre en ebullición.

Precisamente en las gradas estuvo otra gran noticia. Había tanta o más gente del Athletic que del equipo cántabro. Yo diría que más. El ambiente fue extraordinario y lo que quedó una vez más muy claro es que la afición rojiblanca, es verdad que el desplazamiento era corto, en cuanto puede va a apoyar a su equipo. No es cuestión de que ahora los rojiblancos coticen al alza. En los peores momentos recuerdo los llenos en San Mamés y el apoyo en cada desplazamiento. Una auténtica gozada. Un muy buen plan que los más jóvenes aprovecharon para ver en directo a sus futbolistas.

El bombo espera el día 12 y las rondas avanzan, la ilusión crece. Quien no pudo pasar a la siguiente fase fue el Sestao River. El equipo de Ezkerraldea hizo un muy buen partido ante el Celta que González Fuertes se encargó de tirar por la borda. El árbitro asturiano se inventó un penalti que le debería mandar a la nevera por un espacio indefinido de tiempo. Si como dice la Federación la “Copa mola” es precisamente porque el pequeño puede derrotar al equipo grande. En este caso un tercero se encargó de arruinar el sueño de un equipo y una afición que soñaban con derrotar a un primera. Qué triste.