LA HABANA, Cuba.- Indignados por el allanamiento de las autoridades ecuatorianas de la embajada mexicana en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas, que permanecía asilado allí, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la dictadura de Daniel Ortega han roto relaciones diplomáticas con Ecuador. Y en Caracas, Nicolás Maduro ha tenido a bien desatender por un momento sus trajines para la farsa electoral que prepara para declarar que este allanamiento es “un acto de barbarie nunca visto en América Latina” y “una acción que ni en las más atroces dictaduras de la región se había registrado”.

Se equivoca Maduro. Hechos como ese, y de peor modo, incluso con muertos, los ha cometido la por él tan admirada e imitada dictadura castrista en al menos tres ocasiones, casualmente dos de ellas en la embajada ecuatoriana en La Habana.

El 11 de diciembre de 1961 los militares que custodiaban la embajada de Ecuador en La Habana acribillaron a balazos a tres jóvenes (Julián Espinosa Montesino, Israel Leal Rodríguez y Adalberto Hernández Borrego) e hirieron a cuatro que junto a otros siete iban en un camión que irrumpió en la sede diplomática en busca de asilo político.

El 9 de diciembre de 1980, cuando aún estaba fresco el escándalo por lo acaecido unos meses antes en la embajada de Perú, efectivos de Tropas Especiales irrumpieron en la embajada del Vaticano en La Habana para arrestar a cinco hombres y tres mujeres, casi todos Testigos de Jehová, que habían penetrado en la embajada en busca de asilo político y a quienes les estaban tramitando los salvoconductos. Juan Owen Delgado, de 15 años, murió unos días después, a consecuencia de los golpes que recibió al ser arrestado. Los hermanos Ventura, Cipriano y Eugenio García Marín, fueron juzgados sumariamente y fusilados tres semanas después. A los otros cuatro implicados, incluida la madre de los fusilados, les impusieron condenas de entre 15 y 25 años de prisión, que no llegaron a cumplir gracias a la presión internacional.

El 14 de febrero de 1981, 30 personas penetraron en la embajada ecuatoriana en La Habana y tomaron como rehén al embajador Jorge Pérez Concha y a otros diplomáticos para exigir asilo político. Los secuestradores entregaron al embajador varias pistolas calibre 22 sin detonador que portaban y el Gobierno ecuatoriano envió a Cuba una comisión para negociar la liberación de los diplomáticos, la cual se produjo el 20 de febrero. Unas horas después, en la madrugada del 21, para capturar a los secuestradores, lanzando gases lacrimógenos, irrumpieron las Tropas Especiales que, por órdenes personales de Fidel Castro, habían mantenido cercada la embajada con francotiradores apostados en los alrededores. El Gobierno ecuatoriano protestó enérgicamente. El presidente Jaime Roldós negó que hubiera autorizado el desalojo, como afirmaba Fidel Castro, al puntualizar: “No autoricé ni podría autorizar jamás que la embajada fuera tomada”.

Además de estos casos, la organización no gubernamental Archivo Cuba documenta dos casos de cubanos que han sido muertos cuando intentaban buscar asilo en embajadas en La Habana: Esteban Bencomo López, en la embajada de Perú, el 12 de abril de 1980; y Juan Peña Dueñas, de 18 años, en la embajada de Venezuela, el 12 de noviembre de 1985.

Pese al tradicional respeto al derecho de asilo por parte de los gobiernos latinoamericanos, ninguna de esas graves violaciones cometidas por el régimen castrista provocó un escándalo comparable al que hay en estos momentos por el arresto de Jorge Glas y a ningún gobierno se le ocurrió romper relaciones diplomáticas con Cuba.

Las autoridades ecuatorianas consideran que Jorge Glas, acusado de actos de corrupción cuando era vicepresidente del gobierno de Rafael Correa, es un delincuente y que, por tanto, no puede ser considerado un preso político. La dictadura cubana también ha considerado como delincuentes a los que han intentado solicitar asilo político en embajadas de La Habana, y los gobiernos latinoamericanos, especialmente los de izquierda, dieron por buena su versión.

Por proverbial, ya no asombra la magnanimidad de la hipócrita izquierda latinoamericana a la hora de juzgar, haga lo que haga, a la dictadura cubana.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

QOSHE - La izquierda latinoamericana, magnánima a la hora de juzgar los actos del castrismo - Luis Cino
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La izquierda latinoamericana, magnánima a la hora de juzgar los actos del castrismo

19 0
10.04.2024

LA HABANA, Cuba.- Indignados por el allanamiento de las autoridades ecuatorianas de la embajada mexicana en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas, que permanecía asilado allí, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la dictadura de Daniel Ortega han roto relaciones diplomáticas con Ecuador. Y en Caracas, Nicolás Maduro ha tenido a bien desatender por un momento sus trajines para la farsa electoral que prepara para declarar que este allanamiento es “un acto de barbarie nunca visto en América Latina” y “una acción que ni en las más atroces dictaduras de la región se había registrado”.

Se equivoca Maduro. Hechos como ese, y de peor modo, incluso con muertos, los ha cometido la por él tan admirada e imitada dictadura castrista en al menos tres ocasiones, casualmente dos de ellas en la embajada ecuatoriana en La Habana.

El 11 de diciembre de 1961 los militares que custodiaban la embajada de Ecuador en La Habana acribillaron a balazos a tres jóvenes (Julián Espinosa Montesino, Israel Leal Rodríguez y Adalberto Hernández Borrego) e hirieron a cuatro........

© Cubanet


Get it on Google Play