Un invento neerlandés
Aunque la zanahoria que hoy conocemos y consumimos, mayoritariamente es de color naranja, esta no siempre fue su naturaleza. Sobre esta curiosidad indaga Roxana Ríos, de Isla de la Juventud
La zanahoria, vegetal cotidiano e indispensable en nuestras mesas, encierra una historia fascinante que mezcla ciencia, cultura, agricultura y patriotismo. La hortaliza naranja –hoy es la más común y reconocible– fue producto de un proceso de selección artificial y tuvo su origen en Países Bajos durante el siglo XVI.
Orígenes multicolores y expansión
Antes de que ese color predominara en los mercados, el tubérculo tenía una sorprendente diversidad cromática: era común encontrarlas moradas, blancas, amarillas y hasta negras. Estas variedades tienen un origen muy antiguo, pues se cultivaban desde aproximadamente el año 3000 a.C. en zonas de Afganistán e Irán. Curiosamente, en sus inicios, las zanahorias se valoraban más por sus hojas aromáticas que por las raíces: todavía no tenían el desarrollo ni el sabor dulce hoy conocido.
La difusión de la zanahoria se incrementó gracias a las rutas comerciales árabes, que llevaron sus semillas y cultivos hacia Asia y Europa, continentes en los cuales se originaron múltiples variedades con colores y sabores adaptados a cada región. Esta diversidad genética era clave en la agricultura antigua, pero limitaba su comercialización masiva, dada la disparidad en apariencia y textura.
La Casa de Orange y el nacimiento de la zanahoria naranja
La transformación hacia la emblemática zanahoria naranja ocurrió en Países Bajos en plena Edad Moderna, cuando la región emergía como una potencia agrícola y comercial en Europa. Los agricultores neerlandeses comenzaron a cruzar distintas variedades con el objetivo de obtener raíces más grandes, más dulces y con mejor textura, ideales en un mercado cada vez más exigente y........





















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