La unidad que se posterga cada vez que buscamos culpables
La ultraderecha avanza no solo en el plano discursivo, sino también en el institucional, mediático y simbólico. Frente a ese escenario, la fragmentación del campo progresista y la búsqueda obsesiva de culpables solo allanan el camino para su consolidación.
En cada hito electoral importante reaparece un reflejo conocido en la política chilena: el intento de disciplinar al Frente Amplio y, con él, a todo proyecto que busque promover transformaciones al orden heredado.
Frases como “Nunca más FA”, “sin duda que entre las diversas causas de la derrota está el desempeño del gobierno”, o “es una señal inequívoca del profundo desgaste del gobierno del presidente Boric y de una forma de gobernar desconectada de las prioridades reales de la ciudadanía”, circularon con fuerza apenas cerraron las urnas.
En menos de 24 horas, distintos sectores ya habían construido un veredicto cerrado, atribuyendo responsabilidades casi exclusivas al Frente Amplio o al gobierno. No hubo pausa, ni distancia, ni voluntad real de comprensión: el juicio precedió al análisis.
Este patrón no es nuevo. Desde su irrupción en la política nacional, cada ciclo electoral o momento crítico ha sido leído por parte del establishment como la confirmación de un supuesto colapso inminente del Frente Amplio. En 2017, tras su primer Congreso de conformación, se le describió como una coalición joven, frágil, sin estructura ni proyección. Apenas tres meses después, Beatriz Sánchez obtenía un 20% de los votos presidenciales y el Frente Amplio se instalaba como tercera........





















Toi Staff
Sabine Sterk
Gideon Levy
Penny S. Tee
Waka Ikeda
Mark Travers Ph.d
John Nosta
Daniel Orenstein