“Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza”.

William Shakespeare

En la mañana del día anterior había visto que llevaban un ataúd subiendo hacia la montaña, eran señales de la partida física de algún integrante de esta comunidad campesina dónde la vida está ligada al cultivo café. Al día siguiente, después del velorio de la noche, y en horas de la tarde, se disponían a darle cristiana sepultura.

Bajaron todos desde el cerro, vehículos rústicos, motos, algunas bestias y otros habían bajado a pie un poco más temprano. El amor y la solidaridad del caserío entero, acompañaban a su muerto.

Era una matrona de aquellos caseríos cafetaleros, que se había despedido de su tierra y de su gente. Fueron mas de 90 años entregados a la vida rural, al trabajo del campo, al cultivo del café y a la convivencia con una numerosa y amorosa familia, que se extendió por todo el caserío.

Ya cumplió su ciclo, dejó en su nombre, todo un legado de trabajo y de humildad inmensa. Así transcurre la vida en nuestros campos, allí aguardamos el boleto a nuestro nuevo espacio, que no llevará lejos, dejando todo nuestro sudor empapando está tierra.

En los entierros de mi gente pobre, del campo asoleado y golpeado de indolencia, tan solo se transpira corazón y amor del verdadero, las lágrimas son de dolor inmenso, y muchas manos, y muchos corazones, se quedan aquí abajo, prestos a continuar en el transitar de una vida dura y teñida de traiciones, de quienes tejen las telarañas de la explotación de clases, que impiden que nuestro campesinos vean surgir una vida menos agreste y más vivible.

En los entierros de mi pobre gente campesina, tan solo se respira humildad, mucho coraje y pasión por esta tierra, que endurecen su corazón de sueños y esperanzas. Tan solo se respira amor del verdadero, ese amor que se transmite al paso de los años entre la gente buena de estas montañas bendecidos por Dios y olvidado por los malos gobernantes.

En los entierros de mi gente campesina, se notan muchas señales de ilusiones maltrechas por los promesas de una vida mejor de quienes solo nos visitan cuando se aproximan los años en que nuestro voto es el garante de su permanencia en el poder. De nuevo la lluvia de promesa,, las bolsas de comida y la latas de zinc, legado adeco-copeyano, muy bien calcado.

En los entierros de mi gente campesina, se respira amor del puro, del sano, amor del cultivo de la vida y de los sueños.

A ellos, mi gente pobre, que ve pasar la vida entre su siembra y su eterna búsqueda por un mundo mejor. A ellos, les regalo la canción, “Los Entierros”, de Catalino “Tite” Curet Alonzo, que inmortalizó el cantautor Puertorriqueño “Cheo” Feliciano. Esta letra habla sobre los funerales de la gente humilde, que se caracterizan por el sentimiento, el cariño y la sencillez. Aquí se las entrego completita:

Familia

Los entierros de mi gente pobre

Son un verdadero espectáculo

¡Sentimiento tu!

En los entierros

De mi pobre gente pobre

Las flores son de papel

Las lagrimas son de verdad.

Pues como en otros

Funerales de la vida

En donde el llanto es mentira

Y hay mucha flor natural.

Que mas perfume que la lágrima sentida

Que identifica el sufrimiento de la gente

Porque las flores ya mañana se marchitan

Y el cementerio es un olvido indiferente.

Mi gente pobre siempre vuelve al campo santo

Sembrando una flor de llanto con amor y voluntad

Las amapolas del cariño verdadero

Son el mayor homenaje de mi gente de arrabal.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Aquí no hay indiferencia

Cuando se nos va un amigo

Es el cariño sentido

Pero lo damos con entereza

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Yo pregunto, te pregunto

De que te puede valer un millón

Cuando te mueras te lloran con falsedad

Mentiras, mentiras de ese llorón.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Es que son un show

De tremendo cariño

Los entierros de mi gente pobre

Se ríe y se llora como un niño.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

En la noche del velorio

Entre café y galletitas

De lo que vivió el difunto

Pero contamos cosas bonitas.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Pero por eso es que me quedo ya

Con mi pobre gente pobre

Sencilla flor de papel

Y mucho amor de verdad.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Y en este último viaje

Camino del campo santo

A ese amigo del alma

Rumbero! Lo acompañamos cantando.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

Los entierros de los ricos

Lo resuelve un testamento

Pero el de mi gente pobre

Oye! Derroche de sentimiento.

En los entierros de mi pobre gente pobre

Cuando se llora es porque se siente de verdad.

QOSHE - Los entierros de mi pobre gente pobre - Toribio Azuaje
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Los entierros de mi pobre gente pobre

9 0
22.02.2024
“Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza”.

William Shakespeare

En la mañana del día anterior había visto que llevaban un ataúd subiendo hacia la montaña, eran señales de la partida física de algún integrante de esta comunidad campesina dónde la vida está ligada al cultivo café. Al día siguiente, después del velorio de la noche, y en horas de la tarde, se disponían a darle cristiana sepultura.

Bajaron todos desde el cerro, vehículos rústicos, motos, algunas bestias y otros habían bajado a pie un poco más temprano. El amor y la solidaridad del caserío entero, acompañaban a su muerto.

Era una matrona de aquellos caseríos cafetaleros, que se había despedido de su tierra y de su gente. Fueron mas de 90 años entregados a la vida rural, al trabajo del campo, al cultivo del café y a la convivencia con una numerosa y amorosa familia, que se extendió por todo el caserío.

Ya cumplió su ciclo, dejó en su nombre, todo un legado de trabajo y de humildad inmensa. Así transcurre la vida en nuestros campos, allí aguardamos el boleto a nuestro nuevo espacio, que no llevará lejos, dejando todo nuestro sudor empapando está tierra.

En los entierros de mi gente pobre, del campo........

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