El 2024 se presenta para Venezuela como un año de profunda incertidumbre social, política y económica, por la combinación de un clima político que predice a lo interno una fuerte confrontación y un elevado nivel de entropía. Pero además de lo político, también será un ciclo marcado por una intensa tensión geopolítica hacia y desde nuestro país, tanto en lo regional; con el tema de guyana al frente, como en la alineación norte-sur con EEUU y la incertidumbre sobre la reimposición o no de las sanciones. El futuro de Venezuela y de los Venezolanos podría ser tan fructífero como nefasto, en función de cuál sea la ruta que finalmente se abra hacia adelante.

Una exacerbación de las tensiones con guyana conllevaría aparte de una segura reimposición de las sanciones, a un descalabro financiero de proporciones inimaginables, solo por el costo mismo de la guerra. El perdedor en ambos casos no lo es tanto el oficialismo, sino el país y su gente. Ante el evidente y creciente rechazo al madurismo, los escenarios extremos son hasta convenientes para ellos como excusa para alargar su permanencia en el poder.

Mas allá de los anuncios y firmas de acuerdos, el 2024 no pareciera ser un año de "crecimiento sustancial" de la inversión en materia petrolera y por ende tampoco de la producción de crudo y gas, aun en caso de un relajamiento de las sanciones y una solución conveniente del diferendo limítrofe, debido a la misma incertidumbre política y social que prevalecerá hasta finales del año. Los acuerdos son generalmente intenciones, no necesariamente compromisos.

Ningún operador de bolsillo profundo invierte en medio de un clima electoral complejo que podría serle incluso adverso. Los capitales buscan reglas claras y ganancias. Ninguna de las dos condiciones estaría garantizada hasta tanto no se "pueda mirar" más allá del 2024.

La proyección del consumo para 2024 predice un año signado por el temor de la inflación en las mayores economías. El crecimiento en la demanda se espera en 2.24 millones de barriles-día (MMBD), unos 0.2 MMBD por debajo de la expansión registrada durante 2023. La razón de dicha desaceleración es una caída de cerca de 3 puntos esperada en el crecimiento del PIB mundial, desde un 2.9% durante 2023 a 2.6% proyectado para 2024, además de la ralentización del crecimiento transversalmente en el OECD. De las principales economías del orbe, solo India y China esperan una expansión sustancial, mientras que el resto se muestra con crecimiento marginal a negativo, con EEUU cediendo 1.4% desde 2.4% en 2023 a solo 1% en 2024 y la OECD desde 1.5% en 2023 a un tímido 0.9% en 2024.

La expansión de la producción de crudo+NGL’s desde EEUU ha superado su propio consumo acercándose a los 20 MMBD [Einstein Millan Arcia on X: "Tal y como dijimos; el corto plazo, #EEUU no necesita del petróleo #Venezolano. El #madurismo puede bajarse de esa nube. LEA: https://t.co/ZeomdZbW3p Producción actual supera los 19.9 MMBD https://t.co/XkesFhFRJh" / X (twitter.com)], lo cual aunado a las expectativas de crecimiento antes señaladas para 2024, ha originado presión hacia abajo en el precio del barril.

El recorte adicional anunciado por la OPEP el mes pasado no causó impacto alguno en la percepción de los mercados, ya que dicho diferencial en volumen había sido ya absorbido por los mismos más allá del factor estacional. De hecho, el más reciente impasse en el Mar Rojo ante la amenaza de bloqueo del paso de cargueros de crudo y gas apenas originó un pequeño rebote del 3% en el precio del crudo, augurando un 2024 relajado para los mercados, al menos durante gran parte de la primera mitad del nuevo ciclo.

PDVSA y el 2024

Semanas atrás expresamos que PDVSA podría cerrar 2023 [Einstein Millan Arcia on X: "@SoftwareFractal https://t.co/yBPdH9YPpA Proyección actualizada de #PDVSA cierre 2023 (Promedio) -producción crudo: 779,000/734,000 BPD (fuente direct/sec) -gas(fuente direct): 2,790 MMPCD -exportación: 688,000 -cesta: 64.6 $/Bbl -ingreso bruto/neto: $13,532/$812 MM (Sigue)" / X (twitter.com)] con una producción promedio de crudo y gas cercana a 779,000/734,000 BPD (OPEP directo/secundario) y 2,790 MMPCD, exportaciones promedio de 688,000 BPD, cesta de $64.6 pb, ingreso bruto/neto de $13,532/$812 MM.

Viendo el 2024, es poco probable que; en el peor de los casos, Chevron salga de Venezuela hasta tanto no haya recuperado la totalidad la deuda pendiente e inversiones pasadas. Según nuestros cálculos entre Enero-Diciembre, de una deuda total cercana a $3,100 MM, la transnacional ha podido recuperar cerca de unos $1,580 millones. Chevron no logrará el objetivo de producción de 200,000+ BPD para F/A’2023. Como ellos mismos han reconocido, es necesaria inversión en infraestructura y actividad para acelerar producción.

Bajo dicha premisa, considerando el pobre y desafortunado desempeño de la gestión propia de PDVSA, de manos del equipo dirigido por el militar Pedro Tellechea [Solicitamos la expulsión del ministro presidente de PDVSA por haber fallado en todas sus ofertas - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)], por la cual hemos solicitado su inmediata expulsión, prevemos para 2024 dos escenarios posibles de producción/exportación promedio:

Extensión de la licencia OFAC

Crudo: 900,000 a 1,100,000 BPD

Gas: 3,500 a 3,800 MMPCD

Exportaciones: 780,000 a 880,000 BPD

Ingreso bruto: >$20,000 MM

Reimposición de sanciones

Crudo: 670,000 a 720,000 BPD

Gas: 2,500 @ 2,550 MMPCD

Exportaciones: 540,000 a 590,000 BPD

Ingreso bruto:

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Así será el 2024 para PDVSA

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21.12.2023

El 2024 se presenta para Venezuela como un año de profunda incertidumbre social, política y económica, por la combinación de un clima político que predice a lo interno una fuerte confrontación y un elevado nivel de entropía. Pero además de lo político, también será un ciclo marcado por una intensa tensión geopolítica hacia y desde nuestro país, tanto en lo regional; con el tema de guyana al frente, como en la alineación norte-sur con EEUU y la incertidumbre sobre la reimposición o no de las sanciones. El futuro de Venezuela y de los Venezolanos podría ser tan fructífero como nefasto, en función de cuál sea la ruta que finalmente se abra hacia adelante.

Una exacerbación de las tensiones con guyana conllevaría aparte de una segura reimposición de las sanciones, a un descalabro financiero de proporciones inimaginables, solo por el costo mismo de la guerra. El perdedor en ambos casos no lo es tanto el oficialismo, sino el país y su gente. Ante el evidente y creciente rechazo al madurismo, los escenarios extremos son hasta convenientes para ellos como excusa para alargar su permanencia en el poder.

Mas allá de los anuncios y firmas de acuerdos, el 2024 no pareciera ser un año de "crecimiento sustancial" de la inversión en materia petrolera y por ende tampoco de la producción de crudo y gas, aun en caso de un relajamiento de las sanciones y una solución conveniente del diferendo........

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