Mientras la población sigue creciendo y ya llegamos a la astronómica cifra de 8 mil millones de habitantes, y la tecnología asciende de manera exponencial, pero solo para las sociedades más altamente desarrolladas, lo que conlleva a que la desigualdad sea aún mayor, un estudio McKinsey Global Institute asegura que entre 400 y 800 millones de personas quedarán sin trabajo debido al desarrollo de la robótica, tan solo en seis años. Dos conclusiones inmediatas se derivan de esa información: uno, el hambre se multiplicará de forma espantosa; y dos, aunque esté más formado académicamente, el trabajador deberá vender su mano de obra por mendrugos, por el simple hecho de mantener el empleo. Y pareciera que está comenzando por Argentina, en donde el salario se redujo a la mitad y los precios se elevaron al doble.

Estamos hablando de que de las universidades y los centros de formación siguen egresando profesionales en todo el mundo en carreras tradicionales que ya no sirven para nada. De hecho, todas tendrán que redefinirse, pero unas 34 están comenzando a desaparecer, entre ellas la que más amo: el periodismo. Y si hoy un periodista no sirve para mucho, para no decir, para nada, imaginen qué será de él dentro de 10 años, cuando habrá 800 millones más de desempleados.

Vale decir, que, de acuerdo a esa investigación, lo que seguirá abaratándose es la mano de obra; y vuelvo al caso de Argentina, donde la eliminación de la Ley del Trabajo permite a los patronos obligar a los trabajadores a trabajar hasta 12 horas sin pago extra y éste deberá aceptarlo por la necesidad de tener un empleo. En los países en desarrollo eso pudiera verse como una oportunidad de crecimiento, por el supuesto impulso económico de la inversión que harán las empresas. Pero la verdad es que los niveles de explotación se multiplicarán y el patrono hará lo que le dé la gana, y al final su alianza con la automatización, terminará por darle jaque mate a la muchedumbre.

Es un panorama extremadamente complejo y un futuro apocalíptico, que solo pudiera modificarse con el avance de otro modelo económico que no ponga a la tecnología por encima del ser humano. Es la dura batalla que se libra entre el capitalismo y un modelo económico emergente liderado por los Brics. Y como toda batalla, ambos se soportan sobre un poderoso brazo armado por lo que inevitablemente habrá muchos muertos. Quizás sea cierto que en la contienda venidera perdamos a un tercio de la población. Ya comenzaron por Gaza.