Se suele aceptar como definición de terrorismo de Estado la utilización de métodos ilegítimos por parte de un gobierno, los cuales están orientados a producir miedo o terror en la población civil para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos. Es un abuso del poder coactivo del Estado, donde los civiles son secuestrados, torturados o asesinados, sin juicio previo, o sin las garantías del debido proceso. Ese fenómeno que niega la esencia de la democracia ha sido tristemente conocido en América Latina, por solo mencionar los casos de los países del cono sur, los desaparecidos, el plan Cóndor, etc.

Si aplicamos esas definiciones al régimen de Kiev, estas se ajustan perfectamente a lo que está ocurriendo en ese país. Es conocido que el servicio de seguridad ucraniano incluye una dirección especial que se ocupa de cometer asesinatos políticos contra opositores políticos y contra cualquiera que ese régimen lo considere como una amenaza. Esta situación ha rebasado ya los marcos nacionales, y ha abarcado el territorio de otras naciones, por lo que se convierte también en práctica de terrorismo internacional. Aquí se inscriben las operaciones de asesinatos realizados y frustrados, en el territorio de la Federación de Rusia y de Alemania, tales como: el asesinato de Daria Dugina el 20 de agosto de 2022, Vladlen Tatarsky el 2 de abril de 2023, el intento contra Zakhar Prilepin el 6 de mayo, y el intento contra Oleg Tsarev el 27 de octubre de 2023, todos conocidos por su activismo político a favor de Rusia. En el caso de Alemania, según el portal Deutschland Kurier, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) puede estar involucrado en el ataque tóxico fallido contra el copresidente del partido Alternativa para Alemania (AfD), Tino Chrupalla, el 4 de octubre. El 7 de diciembre pasado fue asesinado cerca de Moscú el exdiputado popular de la Rada Suprema de Ucrania Ilya Kiva, conocido por sus duras críticas al régimen de Zelensky, recibió varios disparos. Sin embargo, estas prácticas terroristas no son criticadas por occidente que sigue considerando a ese régimen como un “modelo de democracia” y se ha acordado iniciar el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.