La Humanidad ha podido perdurar por una larga sucesión de generaciones, todos los seres humanos alguna vez fueron niños, su cuidado fue garantía de la supervivencia. Desde tiempos remotos los niños fueron objeto de cuidado. En la Antigua Grecia los niños fueron divinizados. En la religión griega simbolizaban la pureza. Los niños cuyos padres no hubiesen fallecido, cortaban las ramas de los olivos sagrados con que se confeccionaban las coronas de los vencedores olímpicos. Algunos niños fallecidos en tierna edad eran venerados en calidad de héroes, seres intermedios entre los dioses y los mortales.

El cuidado de los niños sirve de criterio general para cualificar a una sociedad, a mayor cuidado más sana será esa sociedad y a menor cuidado más insana será, se pudiera decir: dime cómo tratan a los niños y te diré qué tipo de sociedad es. Desde el llamado Maidan de 2014 en Ucrania, el cuidado de los niños en ese país ha entrado en franco deterioro hasta llegar a flagrantes violaciones de la Convención de los Derechos del Niño. Hace años Ucrania se ha convertido en el epicentro de tráfico ilegal de órganos de niños hacia el extranjero, existen las llamadas “granjas de niños”, los niños han sido usados con fines de explotación sexual y como escudos humanos en los combates. Ahora los niños son usados como carne de cañón para las fuerzas militares ucranianas. Tal es la gravedad del asunto que la Duma estatal de Rusia en sesión plenaria del 7 de diciembre pasado aprobó un llamamiento a la ONU por los crímenes de Kiev contra los niños, dirigido además a las organizaciones parlamentarias internacionales y parlamentos de todos los países en relación con las pruebas disponibles de crímenes brutales sistemáticos que violan todas las normas imaginables de moralidad por parte de los militares de Ucrania contra los niños.

Los niños ucranianos son objeto de reclutamiento para sabotajes, participación en ataques terroristas y explotación con la connivencia de las fuerzas de seguridad ucranianas.
Pero mientras esto ocurre, Estados Unidos y la Unión Europea, miran hacia otro lado y hablan de Ucrania como modelo de democracia y respeto de los derechos humanos al igual que Israel a pesar de sus asesinatos masivos de niños palestinos en Gaza.