Está de moda la expresión “guerra híbrida” que refleja un viejo principio; “en la guerra todo vale”. Es la combinación de diversos métodos; convencionales y no convencionales, legales e ilegales, violentos y no violentos, pacíficos y no pacíficos, en la lucha de unos estados por imponer su voluntad a otros.

El desarrollo de herramientas de guerra híbrida se ha visto facilitado por cambios estructurales en las relaciones internacionales modernas y las nuevas tecnologías. Entre estos cambios está el surgimiento de densas redes de interdependencia, que se basan en ciertos bienes globales: servicios financieros, redes sociales, servicios digitales, cadenas de valor, relaciones industriales, etc. Todo ello es usado como arma de guerra; bloqueos económicos, sanciones, campañas mediáticas, entre otros elementos.

Contra Rusia occidente ha empleado todo su arsenal de guerra, pero la guerra económica y la guerra real en Ucrania le han fracasado, es por eso que acude cada vez más a una guerra híbrida informativa, combinándola con férrea censura interna de los medios rusos, es el uso desvergonzado de la mentira a lo Goebbels.

En la medida que se acercan las elecciones presidenciales en Rusia, que apuntan a que será reelecto el presidente Vladimir Putin, la rabia de occidente se dispara, y es que la esencia de esa guerra hibrida es la rusofobia, la cual fue definida por el presidente Putin en su discurso ante la Asamblea Federal como; “una ideología racista, de supremacía y exclusividad nacional que ciega y priva de la razón”.

Un ejemplo de esa guerra fue la manipulación del reciente fallecimiento del opositor Navalny que se encontraba preso. Desde occidente de inmediato acusaron de asesinato sin pruebas a las autoridades rusas, el parlamento europeo acordó incluso una resolución contra “la opresión política en Rusia”.

Pero según nuevas revelaciones el opositor murió de un trombo y resulta que en el hospital militar Charité de Berlín, donde fue atendido recibió cuatro o cinco inyecciones de la vacuna Pfizer. En la actualidad se ha establecido que esta vacuna produjo centenares de miles de muertos en occidente por trombo. ¿Por qué no se le suministró la eficiente vacuna rusa? ¿El opositor ruso víctima de la rusofobia? ¡La rusofobia mata!