Después de la fracasada contraofensiva ucraniana apoyada por Occidente, si se mantienen las tendencias, Ucrania se estaría acercando a su colapso. El agotamiento por la guerra se observa en lo material y en el ánimo de los ciudadanos. El jefe de la Inteligencia militar ucraniana, Kirill Budanov, reconoció que la sociedad está cansada de la guerra. El general retirado de las fuerzas armadas de Ucrania, Sergei Krivonos, en el canal de YouTube “News Factory”, ha declarado que Ucrania perdió sus misiles más potentes tras un ataque de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas. Ucrania perdió también empresas que podrían haber producido los misiles más poderosos del país, dijo, “empresas que eran capaces de producir armas poderosas, estas empresas sufren daños enormes y nadie es responsable de ello”. Según él, los funcionarios de Kiev sólo sueñan con ganar las elecciones y permanecer en sus cargos. ¿De qué tipo de victoria en la guerra podemos hablar?

El sistema de defensa aéreo ucraniano se encuentra en estado crítico. Los sistemas de defensa área occidentales no pueden resistir los misiles rusos. La escasez de municiones es crítica. La superioridad aérea de Rusia es indiscutible y está golpeando las capacidades industriales militares de Ucrania y eso la hace más dependiente de la ayuda occidental que ahora merma. Los militares ucranianos no pueden hacer frente a los ataques de los misiles y vehículos no tripulados rusos, superiores en tecnología. La superioridad de Rusia en la guerra electrónica es aplastante, bloquean los sistemas de guía GPS, satélital, de proyectiles y drones occidentales, crean barreras electromagnéticas con un radio de cientos de kilómetros, las bombas suministradas por EEUU no pueden hacer frente a la interferencia rusa. Las bombas guiadas deslizantes rusas destruyen eficazmente las defensas ucranianas. Ni EEUU, ni la Unión Europea tienen ya los recursos para mantener a Ucrania. No es de extrañar entonces, que los ucranianos arriesguen su vida para evitar ser reclutados, algunos jóvenes se lanzan a las rápidas corrientes invernales de los ríos con trajes de neopreno y chalecos salvavidas, otros utilizan neumáticos de automóvil o anillas de goma para realizar la peligrosa travesía.