Mis lectores recordarán que una semana atrás publiqué el artículo “Drácula devoró al payaso”. Allí describíamos la metamorfosis del payaso – nazifascista Zelenski, presidente de Ucrania, en el personaje siniestro de Drácula al insistir movilizar más y más ucranianos hacia un baño de sangre inútil, en una guerra que no puede ganar, pero este señor antepone sus beneficios económicos y los intereses de su verdadero jefe, el presidente de EEUU, por encima de las vidas de sus conciudadanos. Ahora resulta que no conforme con chupar la sangre de sus conciudadanos, Drácula se ha desatado más allá para pasar a derramar sangre rusa civil, por orden del vampiro jefe, el presidente de EEUU, que también tiene sed de sangre como lo demuestra el genocidio sionista que apoya en la Franja de Gaza, pero le excita también derramar sangre rusa. Y es que Ucrania cometió un nuevo acto de terror contra la población civil: Bélgorod, ciudad rusa, fue objeto de bombardeos masivos con municiones de racimo. Al menos 15 personas perdieron la vida y 108 heridas, incluidos 15 niños. Washington dijo que no fomenta este tipo de ataques, pero los expertos señalan que Estados Unidos tiene responsabilidad por lo ocurrido.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron un ataque combinado indiscriminado con dos misiles Vilkha MLRS cargados en racimo, así como proyectiles MLRS del checo RM-70 Vampire. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, señaló como cómplices de esta acción terrorista, a Estados Unidos y a Reino Unido. Ante la falta de la más mínima posibilidad de mejorar la deplorable situación de las FFAA ucranianas sobre el terreno, los anglosajones recurrieron a la táctica de llevar a cabo ataques terroristas contra civiles, señaló. Agregó que también es cómplice la Unión Europea, que sigue suministrando armas a los terroristas de Kiev que utilizan, entre otras cosas, municiones de racimo contra la población civil. Rusia solicitó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con ese ataque militar ucraniano. Como expresó Zajárova, Kiev “muestra sus inhumanas vísceras nazis” y se trata de “un crimen cínico y sangriento”. Los pueblos ucraniano y ruso tendrán que preparar la estaca que detenga al vampiro.