Cuando aludimos a la universidad nos estamos refiriendo a todas ellas, incluidos los colegios universitarios diseminados en todo el territorio. Ante la actual megacrisis que confronta el país en la diversidad de áreas de la vida nacional creemos oportuno referirnos, porque lo consideramos muy pertinente, al conjunto de respuestas y soluciones que ella puede aportar en el actual escenario de crisis global que vive Venezuela y su entorno.

La cuestión está en lo que ella puede y debe aportar ante la magnitud de factores críticos que trepidan en los diferentes órdenes. Es lo que puede esperarse de ese mundo de ideas que acudan a éste en requerimiento a su participación mas que justificada y necesaria. Está obligada a hacerlo como institución en permanente elaboración de respuestas y soluciones.

Pareciera oportuno que las máximas casas de estudio se reunieran internamente y entre ellas evaluaran la magnitud de la megacrisis que atraviesa el país. Ellas que disponen de científicos en casi todos los órdenes pueden cuantificar las múltiples situaciones que trepidan y exigen respuestas y soluciones en las diversas áreas.

Cada profesor puede aportar en su área de pensamiento y elaboración. La universidad se ocuparía entonces de decantar las propuestas y formulárselas a las organizaciones que realizan la actividad diversa nacional, sean o no gubernamentales.

Es más, puede ser también la ocasión de que las universidades estrechen más sus vínculos y ofrezcan las alternativas y espacios de acción. Desde la cátedra, unidad fundamental, hacia el departamento, la escuela y la facultad en el tránsito natural para elaborar los esquemas de respuesta a la crisis planteada. Las informaciones de cada campo pueden reactivarse y ser ordenadas en respuestas cónsonas a las diversas exigencias. La universidad puede ser un factor fundamental en la contribución a resolver la megacrisis que padece Venezuela. La sociedad se lo exige. Los diferentes niveles de gobierno agradecerían su aporte y pueden exigirle sus líneas de acción.