La campaña electoral de 1963 se realiza en el clima de violencia reinante en el país. El 29-09 las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (Faln) realizan una operación memorable por sus consecuencias: el asalto al tren de El Encanto, con saldo de muertos de 5 guardias y un atacante.

De inmediato, el presidente Rómulo Betancourt ordenó la detención de los parlamentarios del PCV y el MIR: Gustavo y Eduardo Machado, Jesús Farías, Pedro Ortega Díaz, Pompeyo Márquez, Guillermo García Ponce, Domingo Alberto Rangel, Simón Sáez Mérida, Jesús M Casals y Jesús Villavicencio.

Y desde la prisión del Cuartel San Carlos sale en octubre un lineamiento: “Echar el resto”. Disponer las “fuerzas revolucionarias” para el boicot electoral que llame a la abstención y termine por impedir los comicios de diciembre. Este plan fue enfrentado con una abierta represión, y el 01-12-63 el electorado madrugó para votar.

Ante la derrota, el aparato político-militar, el Faln, propone al naciente mandato una tregua unilateral (TU), para “darle chance a Leoni para que ponga en práctica en su gobierno la paz prometida en la campaña electoral”.

En menos de tres meses, el PCV-MIR-Faln pasan de la amenaza determinante a la conciliación. A una TU sin precedentes en las acciones militares de dos siglos y que fija hoy su razón de ser en la paz democrática planteada como repliegue táctico, según unos actores, o abandono de la lucha armada, según otros.

La respuesta de Leoni a la TU la realiza desde el Cuartel Florencio Jiménez de Barquisimeto el 25-09-64. Entonces ordena a las fuerzas militares-represivas: “Aniquilar para siempre la acción subversiva”. Es la represión más criminal en esta república en toda su historia. Los teatros de operaciones (TO) para la persecución, la tortura, la desaparición y el asesinato logran su mayor espacio. La TU se volvió guerra unilateral.

A la larga se fue apagando una violencia-subversión que pasa progresivamente a la democracia electoral, con exjefes guerrilleros que ya han sido candidatos a presidente, congresista o concejal. Y hoy, buena parte de los activistas de la lucha armada están en las filas bolivarianas, porque han encontrado su realización en esta revolución socialista del siglo XXI.

Sancho, ¡la derrota sólo deviene en triunfo cuando somos capaces de elevarnos y crear otra dimensión por una humanidad en verdadera vida!