Por una alianza de partidos constitucionales
Es insólito que las mezquinas enemistades y los egoísmos propios de párvulos, cuando no las turbias maquinaciones de eso que denominamos poderes fácticos, hagan poco menos que imposible frenar el ascenso de toda una serie de partidos cuyo único fin es derrocar el sistema democrático actual que rige en España desde hace cuatro décadas. Con un plan meticulosamente organizado, y desarrollado en varios frentes a la vez, quienes aspiran sustituir una monarquía parlamentaria democrática homologable a cualquier país europeo por un régimen comunista en el que España desaparezca como nación y quede fragmentada en decenas de pequeñas republiquitas están saliéndose con la suya. Pero no por mérito propio, cuidado, sino por demérito de aquellos que tienen la obligación de estar en contra de eso.
Porque, si miramos los números, la mitad de catalanes no acudieron a votar este domingo, lo que ya invalida la tesis lazi de que ellos son mayoría. ¿Qué nos están contando, pues? ¿Qué la mitad que votó tiene derecho a decidir por todos? Pues eso es exactamente lo que dicen con el........
© Vozpópuli
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