Las alfombras, Pedro, las alfombras
No es pánico pero lo parece. En Moncloa hay espíritus pusilánimes que tiemblan ya ante lo que pueda ocurrir cuando suceda el inevitable cataclismo electoral. No se trata de que la recua de los acomodaditos por la causa perdería sus acogedores despachos, sus diligentes secretarias, sus vertiginosos automóviles y sus generosas gabelas. Con ser este un problema serio, ya que la mayoría de los gaznápiros que ejercen en el Ala Oeste y alrededores tendrían difícil encontrar empleo similar en la empresa privada, lo realmente espeluznante es lo que puede sobrevenir tras el colosal derrumbe que todos los demóscopos anuncian. Salvo uno, detestable malversador.
Empieza a hablarse ya de lo que puede aparecer bajo las alfombras del poder, como apuntaba Pablo Sebastián. No del sanchismo en general, que ya se está viendo, sino del riñón central del régimen. Las alfombras grandes, las importantes, las que ahora todo lo tapan, las que se han tejido tanta ambición como cuidado, las que apenas unos pocos tienen noticia de cuanto ocultan.
“Lo de los Koldos y los Cerdanes es sólo un aperitivo”, dice la rumorología de las casitas del pueblo donde palpita una mezcla de recelo y angustia ante lo que puede emerger de las letrinas de su partido tras estos siete años largos de saqueo. El más espantado ante este escenario trágico es ‘el propio' Sánchez que diría Alegría, la ya exportavoz, inhábil para la expresión verbal, que coloca lo de ‘propio’ a cuanto pretende subrayar, con voluntad enfática que resulta más bien reumática. Con el braguetas de presidencia, ese Salazar, se entendía muy bien. Oh aquella foto en el restorán de Artículo14. El presidente del Gobierno intenta aparentar tranquilidad, no mueve una ceja, no concede un resquicio a cualquier duda sobre su continuidad y ordena a su mayordomía ministerial que no se desvíe un centímetro de sus órdenes. Prohibido hablar de crisis, de remodelación de Gobierno, de reestructuraciones, de cualquier cosa que huela a fin de ciclo.
Ni un síntoma de preocupación, todo va bien. Incluso irá mejor. Sin presupuestos, sin Parlamento, sin oposición... "A España le renta, este Gobierno a los españoles les va bien" es el nuevo mantra, más estúpido que el anterior e imaginen el que viene. Tan sólo un reducto resistente de........





















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