Illa, el tramposo
Si Salvador Illa fuera honrado habría incluido en el pacto con ERC las imprescindibles iniciativas de reforma constitucional para hacerlo viable dentro de la ley. Pero el nuevo president de la Generalitat no es un político honesto. A la misma hora en la que, a metros del Parlament, Puigdemont desafiaba al Tribunal Supremo y reclamaba la inmediata aplicación de la ley de amnistía, coordinadamente, en la sesión de investidura, Illa exigía su “aplicación ágil y rápida, sin subterfugios”. Ambos coinciden en lo relevante para la continuidad del procés: romper el marco constitucional sin necesidad de modificar la Constitución.
Hay que ser muy tramposo para pedir el voto a electores víctimas del independentismo y utilizarlo al servicio de un proyecto secesionista como el que figura en el acuerdo de gobierno que le ha convertido en presidente. Eso, después de asegurar que nunca -¡nunca!- pactaría el gobierno con ERC, “por independentista”. Tiene mucho mérito lograr que casi un millón de votantes socialistas lo apoyen, a pesar de, poniendo cara de Teresa de Calcuta, desafiar leyes y sentencias para imponer una política lingüística -¡inequívocamente fascista!- que prohíbe y persigue el castellano, convirtiendo a quienes le votan en extranjeros en su propia casa.
De las trampas narrativas se ocupa El País que, frente a las evidencias del........
© Vozpópuli
visit website