“No se puede hablar de víctimas cuando se ha contribuido a crearlas. No se puede hablar de Estado de Derecho cuando se ha permitido que la ley se doble. No se puede hablar de Justicia cuando se ha callado frente al abuso. Esa es la herida que cargan tus palabras: no es el país quien las contradice, es tu propia historia.”

“Mi ideal siempre ha sido amar a alguien llamado Ernesto. Hay algo en ese nombre que inspira absoluta confianza.”

Ella —Ernestina— ahora asegura que bajo su mando no se fabricarán culpables. Qué elegante. Qué acto de prestidigitación moral. Resulta casi conmovedor, si no supiéramos que la credibilidad de ese nombre ya fue quebrada. Porque un nombre bonito no limpia un pasado sucio.

No hablamos de rumores: hablamos de casos públicos. Por ejemplo de aquel que sufrió Alejandra Cuevas (y su madre). Detenidas pese a amparo, acusadas de un homicidio que —según la propia fiscalía de la CDMX que dirigía Godoy— aceptaba como plausible, aun........

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