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«La de Beneficencia en Madrid»

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23.06.2024

El pasado día 9 de junio se celebró la Corrida de Beneficencia en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid.

Esto me lleva a considerar que no es un mal momento para, mirando al pasado, traer hasta nuestros días el origen de este festejo taurino tan arraigado en el devenir de las tradiciones madrileñas.

Vamos allá.

La primera Gran Corrida Extraordinaria de Beneficencia se celebró el año 1856. A partir de ese momento su celebración anual se constituye en costumbre tradicional madrileña e hito del calendario taurino español.

Evidentemente existen antecedentes históricos en los cuales podemos cimentar la celebración de la Corrida de Beneficencia.

Ya en la época de Felipe II se propuso un festejo para recaudar dinero a favor del Hospital General.

El Hospital General de Madrid nació de la reunión de los hospitales de la Villa y Corte, solicitada por las Cortes de Castilla y tramitada por Felipe II ante el papa Pío V, quién la autorizó en bula de 27 de abril de 1567.

Habría de pasar una centuria para que en el siglo XVII con motivo de las carencias financieras del Hospital General de Atocha y otras entidades de beneficencia, el rey Felipe IV decidiera que la recaudación de las celebraciones taurinas se donara íntegramente a los hospitales.

El siglo XVIII trae, con la venida de la dinastía de los Borbones, y tal como nos enseña don José Ortega y Gasset, la primera, y más grave y significativa, crisis de la Tauromaquia.

Hasta el siglo XVIII los festejos taurinos se venían celebrando en las plazas mayores de los pueblos y de las ciudades. La Tauromaquia era acogida por los españoles en el corazón de sus núcleos urbanos. En el ombligo de sus estructuras habitacionales. La Tauromaquia vertebraba y, a su vez, era amorosamente acogida en el seno más íntimo de las cívitas hispanas.

A partir del siglo XVIII la Tauromaquia se ve exiliada a las afueras de las urbes españolas. Se la oculta en lugares cerrados. Se la oprime entre ajustados muros. El pueblo es sustituido por los espectadores. Surgen las plazas de toros.

La primera plaza de toros construida en Madrid a “ladrillo cal y canto” nace por mandato de Fernando VI el año 1749. Con anterioridad, los festejos taurinos se venían celebrando, tal como había sido ancestral costumbre, en la Plaza Mayor.

Aquella primera plaza de toros fue edificada extramuros. En el solar en el que hoy se alzan los edificios que quedan limitados por la........

© Periodista Digital


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