Mientras más cerca estuvieran las elecciones era inevitable que cambiaran los incentivos de los grupos políticos que sostenían a la expresidenta Boluarte, dada su desaprobación. La duda era cuándo ocurriría y de qué magnitud sería el intento de deslinde. La incompetencia, indolencia y desfachatez de Boluarte frente al tema más álgido para la ciudadanía terminó de sellar su suerte.

El miedo a las extorsiones y sicarios, sumado a sus comentarios insólitos y los balazos y heridos en el Círculo Militar ya fueron demasiado. Frotación salina en herida abierta. Así lo juzgaron los partidos políticos que la sostenían en el Congreso y aprobaron una vacancia ASAP. No queda del todo claro, sin embargo, que el deslinde vaya a rendir frutos electorales.

El consejo sobre no contestar llamadas refleja una desconexión brutal con la realidad y hasta flojera para pensar siquiera qué reacciones podría generar un comentario así en la opinión pública. Ni el más adulador de sus ministros puede haber avalado una insensatez........

© Perú21