Jesús fue un creador incansable de esperanza
Por ello, el Adviento es tiempo para que los seguidores de Jesús fortalezcamos la esperanza que nace de la fe. No son tiempos de resignación, rendición o pesimismo. Son tiempos de creer, de esperar y de comprometerse. La esperanza es sostén y fuerza para seguir adelante sin que nos agobien los problemas y las dificultades; impide la angustia y el desaliento, pone alas a la voluntad, se orienta hacia la luz y hacia la vida.
Sin esperanza, languidece el entusiasmo, se apagan las ganas de vivir, de trabajar y de esforzarse. La desesperanza es falta de fe que hunde al alma en el pesimismo y le roba las fuerzas para comprometerse en la construcción de un mejor futuro. Por ello, y como nos dice Anatole France, “Nunca se da tanto como cuando se da esperanza”.
Jesús fue un creador incansable de esperanza. Toda su existencia consistió en contagiar a los demás la esperanza de un mundo justo y........





















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