Contestando a la metamorfosis de la euskarafobia
Los ataques de los euskarafobos han cambiado; o, si se prefiere, han sufrido una metamorfosis más. Pero en consecuencia, las respuestas que se den a esos ataques también deben evolucionar. Hoy y aquí los argumentos que ese utilizan en los debates a favor y en contra del euskara –en instituciones, medios de comunicación, juzgados, calle y donde quiera- no son los que se utilizaban antes; no solo en los pasados siglos, sino que tampoco en épocas más recientes.
En el debate sobre el euskara, que duró desde el siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XX los argumentos utilizados en favor y en contra del euskara hacían referencia a la propia esencia de la lengua; es decir, a ver si el euskara contaba con unas intrínsecas cualidades y una hipotética perfección o no. Hoy en día está bien estudiada aquella larga y dura época, por ejemplo en el libro denominado Apologistas y Detractores de la Lengua Vasca y otros, con expresa relación de sus numerosos protagonistas.
Los euskarafobos de aquella época tenían como objetivo el desprestigiar y menospreciar el euskara, para así forzar a las ciudadanas y ciudadanos, incluidos los propios vascoparlantes a su abandono. Y al mismo tiempo, pretendían dar cobertura e impulsar las prohibiciones, persecuciones, opresiones y castigos. La argumentación utilizada para ello era que el euskara es una lengua defectuosa e imperfecta; o sea, que era la lengua de los retrógrados y que no estaba capacitada para la vida moderna; ni siquiera para ser escrita.
En el primer libro impreso en euskara –Primitiae linguae Vasconum, 1545, Beñat Etxepare- aparece ya la primera respuesta tan dolorosa como impactante. Desde entonces y durante cinco largos siglos se respondió a los ataques euskarofobos en ocasiones con prudencia y en........
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