“Dona nobis pacem” ha sido el “mantram” que más ha estado en nuestros labios a lo largo del Foro Espiritual recién concluido en Estella. El mundo la necesita, nosotros y nosotras por supuesto también. Quien suscribe no es ningún “adalid de la paz”, tal como refiere Patxi Gerriko en el crítico artículo que me ha dirigido en las páginas de este periódico. Personalmente necesito esa paz como el que más. Aún no termina de instalarse en mi interior. La escasa que consigo reunir se me escapa a menudo. La paz me puede mermar, Patxi, por ejemplo, cuando leo vuestras letras en el “Noticias”. Pido todos los días por alcanzar esa paz que no turba ningún desafío, ninguna letra impresa y tan a la vista.

“Dona nobis pacem et dona nobis veritas…”, porque igualmente necesitamos la verdad para caminar hacia nuestros ideales, en importante medida, compartidos. Sí “deseo escuchar”. Nuestras comunicaciones escritas revelan que me presté, dejando todos los preparativos de nuestro Foro, a acudir a Pamplona y hablar con vosotros sobre la presencia de la representante judía en nuestro encuentro. Declinasteis la invitación. Estaba dispuesto a coger coche y hacer 120 kms. para reunirme.

En honor a esa misma verdad convendría........

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