Noche ochentera
En una noche gloriosa, no me acordé de Echeverría, Iriguíbel y Martín, de Rípodas o Lumbreras. De aquellos partidos de los años ochenta en los que el Barcelona salía vapuleado de El Sadar, cuando la mística del estadio envolvía todo lo que ocurría ahí adentro, en la hierba y en la grada. Mientras observaba los movimientos coordinados de los rojillos, su fidelidad a lo que había planeado el entrenador, el derroche de esfuerzos, la valentía con la que plantaron cara al mejor equipo de la Liga, mientras Osasuna escribía uno de esos capítulos para la historia, me asaltó el recuerdo del periodista Jesús Riaño. En sus crónicas, Jesús nunca olvidaba un capítulo que consideraba importante, más todavía cuando no podían seguirse todos los partidos por televisión: detallar los marcajes. En aquel fútbol que se jugaba por parejas hasta aburrir al contrario había que contarle al lector a quién marcaba Macua o quién perseguía a Bayona. Jesús pasaba un buen........
© Noticias de Navarra
visit website