“Yo le pago arriendo a mi esposa”…
Hace pocos días, con motivo de mi efeméride, algo así como mi cumpleaños, recibí varias llamadas, entre ellas una de un amigo con quien hacía muchos años no hablaba. Después del riguroso saludo, empezó a indagar por mi vida, yo le respondí aquello que se podía saber, hubo cosas que no le respondí.
Y, es que por más sinceros que seamos, así sea con el ser más querido, cada uno tiene algo que no cuenta, eso se llama intimidad. Quienes me conocen o han compartido conmigo saben que no pregunto nada, jamás interrogo a nadie, no es mi estilo, ni pregunto, ni me gusta que me pregunten. La conversación no se detuvo y cuando mi amigo no tenía más preguntas, empezó a hablar solo, sin que yo le preguntara, me contó de su familia, su trabajo y algunas travesuras.
Algo que llamó enormemente mi atención fue que me dijera que él le paga arriendo a su esposa viviendo en la misma casa. Tremendo merequetengue… A ver, desenredemos esto, resulta que mi amigo y su esposa hicieron partición de bienes, no se separaron, tampoco se divorciaron, solo repartieron los bienes; viven bajo el mismo techo con sus hijos y ellos duermen en la misma cama, una pareja normal; digo yo “normal”, no sé.
A mi amigo le tocaron dos apartamentos y una pequeña finca, mientras que a su esposa le tocó la casa grande donde viven, el carro y la........
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