Sistema Nacional de Salud: sin rectoría no hay rumbo
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¿A qué se refiere el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando promete un sistema de salud como el de Dinamarca? Suponemos que a un sistema de salud con acceso universal y servicios de calidad, cuyo acceso se base en las necesidades de salud de las personas y no en la posibilidad de pago. Suponemos que se refiere a un sistema equitativo para todas las personas usuarias, a un país que invierta el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en salud y no el 2.7% como México;
{{Coneval, “El Coneval presenta el primer informe de evaluación estratégica en salud”, 5 de octubre de 2022. }}
a un sistema que cuente con 4.2 médicos por cada mil habitantes y no 2.4,
{{OECD/The World Bank, “Panorama de la salud: Latinoamérica y el Caribe 2020”, OECD, 2020.}}
como el mexicano; a un sistema de salud con médicos formados y certificados en su propio país y no a un sistema que ante las presiones importa a médicos educados en el extranjero, sin certificación para ejercer en el nuestro. La actual administración parece conocer la meta a la que desea llegar, pero falla en su ejecución ya que ha impulsado reformas para tratar de subsanar los problemas, pero sin la planeación adecuada para garantizar el acceso efectivo de la población a los servicios de salud de calidad.
Los retos de la rectoría en salud
Los sistemas de salud se pueden analizar desde seis componentes principales: provisión de servicios, personal de salud e infraestructura, sistemas de información en salud, acceso a medicamentos y tecnologías esenciales, financiamiento y rectoría o gobernanza.
{{Organización Mundial de la Salud, “Monitoring the building blocks of health systems: A handbook of indicators and their measurement strategies”, 2010 }}
La mejora de estos contribuye al fortalecimiento de los sistemas de salud en diferentes aristas. En este primer artículo, de una serie de cuatro, analizaremos el componente de la rectoría, también llamada gobernanza en salud, por constituir un elemento de central importancia para lograr un funcionamiento coordinado y uniforme del sistema de salud en un país donde este es modificado sustancialmente y de manera reiterada.
Por rectoría en salud, en términos generales, se entiende “la capacidad de liderazgo de las autoridades de salud para conformar y apoyar una acción colectiva que permita la creación, el fortalecimiento o el cambio de las estructuras de gobernanza del sistema de salud”.
{{Organización Panamericana de la Salud, “Rectoría y gobernanza hacia la salud universal”, 2017}}
Por su parte, gobernanza, en sentido estricto, hace alusión a las instituciones que regulan a los actores y los recursos críticos que influyen en la prestación de servicios de salud y acceso a los mismos.
((Ibid .))
De esta forma, una buena gobernanza en salud se refiere al control efectivo sobre el qué hacer y el cómo hacerlo y así obtener, con los recursos humanos y la infraestructura disponibles, servicios de salud de calidad, sin olvidar la importancia de instaurar mecanismos de vigilancia para el cumplimiento y la progresividad del derecho a la salud. En México, los problemas de rectoría pueden analizarse desde dos vertientes. El primero es la estructura compleja del sistema y el segundo, el cúmulo de leyes, planes, programas y competencias que se distribuyen entre prestadores de servicios de salud individuales y públicos a nivel federal y estatal.
En el Sistema Nacional de Salud mexicano (SNS) interactúan diversos actores y órdenes de gobierno. Por un lado están las autoridades públicas de salud en el ámbito federal, estatal y los directivos de las instituciones de seguridad social; y por otro, el sector social y el sector privado. Una característica del SNS es la segmentación, es decir, se proveen servicios a través de instituciones públicas independientes que responden a la autoridad federal con funciones centralizadas, como el IMSS , Sedena, ISSSTE, Pemex; y estatal, como los servicios estatales de salud y los de seguridad social para la burocracia estatal (por ejemplo, el ISSEMYM en el Estado de México). Asimismo, a nivel estatal se encuentran órganos administrativos de operación desconcentrada del IMSS y del ISSSTE. La provisión de servicios personales de salud que presta el Estado a través de estas instituciones segmenta a la población, ya sea por su condición de empleo o por quién es su empleador. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la condición de empleo de la población nacional tiene una gran movilidad entre empleos y tipo de empleos (formal vs. informal). Esta movilidad constante y dinámica genera que las personas transiten de un subsistema a otro con dificultades para continuar con los tratamientos, al no existir un sistema que asista al ciudadano para concretar el cambio entre........





















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