menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Autonomía indígena

6 0
tuesday

Nombre de usuario o dirección de correo

Contraseña

Recuérdame

Nuestro reverenciado señor que gobierna
     Nosotros, nosotros mexicas, nosotros tenochcas, te hacemos grande reverencia, besamos tu venerada mano, tu venerado pie, tú, señor que gobiernas, tú nuestro príncipe, que cuidas a Nuestro Señor Jesucristo allá en la antigua España y aquí en la Nueva España. Ante ti exponemos nuestro llanto, nuestras lágrimas, nuestra grande aflicción, porque bien sabemos que en verdad mucho nos amas, a nosotros tus vasallos, habitantes de aquí de la que se llama Nueva España.
     Y tu amor se ve por tus muy buenas órdenes, que aquí nos protegen, las tuyas y las de tu amado padre, el gran Imperador. Y si en nosotros se cumplen vuestras órdenes, nada será nuestra aflicción, así estamos contentos. Y, si sólo salen en vano vuestras órdenes, pensamos que sólo por nuestros pecados se hace muy grande nuestra aflicción. Por eso no en vano ante ti presentamos nuestro llanto, nuestras lágrimas, nuestra aflicción.
     Escucha, tú, nuestro reverenciado señor, tú nuestro príncipe, son muchas tus órdenes con que pornosotros te afanas, con que tú nos satisfaces, a nosotros tus vasallos. Ellos te sirven, guardan tu amado nombre aquí en la Nueva España. Pero [quienes expiden esas órdenes] por nosotros testifican acerca de la grande aflicción que sobre nosotros recae; mucho se destruyen nuestros bienes, lo que es nuestro, ya de antiguo sobre nosotros acontece. Y si bien es muy lamentable lo que mucho aflige, sólo ante él exponemos nuestro llanto, nuestras lágrimas, ante el Dios nuestro, señor nuestro, Dios nuestro señor, así él loremediará cuando él lo quiera.
     Otra cosa es nuestro gran pesar, que ahora recientemente nos agobia. Hoy eso ante ti lo hacemos público a voces, a ti, nuestro amado príncipe, porque en el reciente año de 1554 querían quitarnos el mando, la administración, lo que nos dejaron nuestros padres, nuestros abuelos, que fuera entregado a los españoles. Esto, señor, ya hubiera ocurrido con nosotros, si no nos lo protegieran nuestros reverenciadospadres de San Francisco, porque así cumplieron su obligación para con todos nosotros. Y los que así quieren hacerlo, mucho se atreven para que se efectúe. Nosotros pensamos que podrían hacer lo que quieren con nosotros si no nos defienden tú y tu amado padre.
     Han sido constituidos dos alcaldes mayores, uno aquí en México se ocupa, y el otro en Tlatelolco. Ellos se encargan de la gobernación y del regimiento y justicia. Y cuando atienden, ejercen autoridad, luego lo decimos ante tu representante, don Luis de Velasco, visorrey, y también ante los padres de San Francisco que por nosotros hablaron. Y él........

© Letras Libres