Deberían saber en el PP que las bodas las carga el diablo. Aquella de Ana Aznar y Alejandro Agag acabó siendo comparada en sede parlamentaria con las de los Corleone, clasificada para la historia como un enlace maldito en el que los invitados iban siendo llamados al juzgado pero no como testigos de los novios, sino como sospechosos de habérselo llevado fino. Tantos años después de aquella superproducción que ya está tardando en llegar a una plataforma, el PP se atreve con otro gran bodorrio castellano, el que unirá en santo matrimonio al alcalde de Madrid y a una muchacha de 27 años a la que el regidor le lleva 22. Ellos sabrán, porque la cosa empieza regular. En Galicia, por ejemplo, tenemos a Alfonso Rueda haciendo sudokus para que su investidura no coincida con el sí de los niños y las estrellas conservadoras deserten en masa para dejarse ver en la iglesia de San Francisco de Borja, en plena calle Serrano de Madrid. Con la familia popular excitada por los últimos acontecimientos, la crónica política de la temporada se está escribiendo en el lugar preciso de La Mancha en el que a estas horas se decide quién se sentará con quién en el banquete del día 6, si los Aznar con los Rajoy; si los Feijoo con los Ayuso; si los Álvarez de Toledo con el clan de los gallegos que hoy manda en Génova y a quienes muchos considerarán unos nuevos ricos frente a la vieja nobleza de toda la vida que se conoce las iglesias de Serrano desde pequeñita. Entre ver cómo Rueda se convierte en presidente en una ceremonia que culmina un proceso democrático al que fueron convocados todos los gallegos y mantener a los propios vigilados mientras circulan las croquetas, es fácil deducir qué van a elegir los patrones del PP.

QOSHE - PP de boda - Fernanda Tabarés
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PP de boda

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27.03.2024

Deberían saber en el PP que las bodas las carga el diablo. Aquella de Ana Aznar y Alejandro Agag acabó siendo comparada en sede parlamentaria con las de los Corleone, clasificada para la historia como un enlace maldito en el que los invitados iban siendo llamados al juzgado pero no como testigos de los novios, sino como sospechosos de habérselo llevado fino. Tantos años después de aquella superproducción que ya........

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