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Antes del 15 de septiembre, el Presupuesto General de la Nación (PGN) debe ser aprobado. Al gobierno no le cuadran las cuentas, aún tiene que solventar las consecuencias económicas de la pandemia, enfrenta un gran hueco fiscal, y puede que no obtenga el recaudo esperado de la Dian. Por eso, en menos de un mes, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, planea presentar una nueva reforma tributaria para tapar el hueco y estabilizar la economía del país.

La Silla Vacía les preguntó a miembros de la Red de Expertos sobre el estado de las finanzas del país, cómo ven las medidas del gobierno y qué alternativas podrían surgir.

Profesor de la Universidad Externado. Exdirector del Departamento Nacional de Planeación.

La situación fiscal es compleja y llegará a un punto crítico en el 2025. El principal desbalance se origina en los costos de la pandemia. En estas circunstancias, se puede hablar legítimamente de una “pandemia fiscal”.

Hay cuatro hechos clave: (i) Las deudas de corto plazo del gobierno Duque, alrededor de $20 billones, algunas deben pagarse en 2025. (ii) El déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (Fepc), que ronda los $20 billones. (iii) La “opción tarifaria”, ya que durante la pandemia no se aumentaron las tarifas de servicios públicos, generando un desbalance cercano a $4 billones que necesita ser compensado. (iv) El compromiso con concesionarios de vías y contratos donde el Estado asume el riesgo de demanda, además de un desbalance de aproximadamente $4 billones en peajes debido a la baja circulación durante la pandemia.

En total, estos problemas suman $48 billones, una cifra monumental. En el presupuesto de 2025, se proyecta una brecha sin precedentes entre el servicio de la deuda y la inversión: el servicio de la deuda aumentará de $94.5 a $112.6 billones, mientras que la inversión caerá de $99.8 a $82.4 billones. Esta disminución en la inversión pública impactará negativamente en la producción, el empleo y las finanzas públicas. Este panorama es insostenible y hay que pensar en medidas heterodoxas.

Es urgente avanzar en cuatro áreas: i) Mejorar la eficiencia del gasto. ii) No desestimular las inversiones en hidrocarburos y minerales, ya que estos recursos son necesarios y el avance hacia una economía verde es lento. iii) Evaluar la posibilidad de suspender o flexibilizar la regla fiscal y considerar una regla fiscal verde. iv) Crear condiciones favorables para reactivar la economía, comenzando por reducir significativamente la tasa de referencia del Banco de la República.

Profesor y director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana.

El cierre de 2024 será crucial y 2025 también será un año difícil. El contexto es particular y hay que entenderlo:

Primero, la Dian está recaudando menos impuestos por la desaceleración económica, y la declaración del 2023 traerá una caída en los ingresos tributarios para los próximos seis meses. Segundo, el gobierno planea recortar $20 billones en el PGN, aunque algunos analistas sugieren que debería ser $30 billones para mantener la regla fiscal y la credibilidad de las políticas gubernamentales. Tercero, el presupuesto aprobado tiene un crecimiento reducido y destina la mayor parte a funcionamiento, principalmente para la burocracia estatal. Esto no necesariamente impulsará el crecimiento económico.

Ahora, la estrategia que está proponiendo el gobierno de subir impuestos no es buena opción por la desaceleración. El impuesto sobre los ingresos, que es un porcentaje de lo que ganamos, empezará en 2025 y se cobrará en 2026, por lo que no resuelve el problema financiero inmediato. En lugar de depender solo de este impuesto o de otra tributaria, lo mejor sería tomar medidas legales difíciles ahora, como recortar gastos, para ganar credibilidad en los mercados.

Además, el gobierno debe ser transparente con las cuentas, porque presentó cifras diferentes en el marco fiscal y en el PGN un mes después. El último informe del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) es muy claro al respecto. Esta discrepancia generará un hueco importante en el presupuesto de 2025, y si se suma a un ajuste más severo en el gasto de 2024, podría crear una situación económica aún más vulnerable para el 2025.

Economista y magíster en economía de la Universidad Nacional.........

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