Seis claves de la agonía de la reforma de salud de Petro en Senado
Una movida sorpresiva de ocho senadores le puso la lápida a la reforma de salud del presidente Gustavo Petro. Si ninguno se corre de la foto que se tomaron ayer, en algunas semanas podrían cobrar la derrota legislativa más grande para el gobierno hasta ahora.
La jugada ocurrió en la Comisión Séptima del Senado, a donde llegó el proyecto de reforma aprobado por la Cámara de Representantes. Los ocho senadores, de oposición y algunos que el gobierno tenía como aliados, son mayoría en la comisión de 14 miembros. Todos firmaron una propuesta de archivo de la reforma, en un acto muy publicitado, que ahora debe ratificarse en una votación aún por agendarse. Pasarán mínimo dos semanas de intensa puja política.
El gobierno no da nada por perdido. “Para nada vamos a retirarla. El sistema actual no es sostenible”, dijo el presidente Petro. “El mantra es el mismo: resistir, insistir y jamás desistir”, dijo el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. La bancada del Pacto Histórico cree por todo el historial de amagues de hundimiento que ha sobrevivido la reforma no se puede cantar la derrota. Pero los escenarios futuros son muy complicados.
Estas son seis claves de la movida en el Senado que deja agonizante a la reforma social que el gobierno más ha priorizado:
La solicitud de archivo que presentaron ayer los senadores Miguel Pinto (Liberal), Nadie Blel y José Marín (Conservador), Honorio Henríquez y Alirio Barrera (Centro Democrático), Lorena Ríos (Colombia Justa Libres), Norma Hurtado (La U) y Berenice Bedoya (ASI), sorprendió en el Congreso.
Lo acordado entre los 14 senadores de la comisión era que el debate de la reforma iba a ser programado después de Semana Santa. En el camino había pendiente unas audiencias nacionales y un proceso de negociación con senadores que se movían entre si apoyar la iniciativa o no.
Dos cosas adelantaron ese debate. Una, que el gobierno decidió jugársela la semana pasada presentando la ponencia positiva y mostró desespero. El documento solo lo firmaron cuatro senadores: Martha Peralta, Wilson Arias, Ferney Silva y Omar Restrepo. Todos del Pacto. Desde la oposición leyeron debilidad y empezaron a organizarse.
Esa movida encajó con el segundo hecho que alteró la ecuación. La senadora Berenice Bedoya, de la ASI, quien dudaba entre estar y no estar, decidió irse para el lado de la oposición e inclinar la balanza.
En las cuentas del gobierno los opositores al proyecto eran seis fijos: Pinto, Blel, Marín, Barrera, Henríquez y Ríos. No eran suficientes para garantizar mayorías. El gobierno estaba enterado de la amenaza de ese grupo de seis, pero no logró anticipar que iban a ser capaces de traerse a tres senadores de partidos claves: ASI, Mira y La U.
Desde la semana pasada, el liberal Pinto les había notificado a varios compañeros de bancada que no iba a acompañar la iniciativa, dando eco a la tesis del presidente del partido Liberal, César Gaviria, de que el trámite de la reforma era inconstitucional. Se trata de una línea que tiene respaldo de expertos, pues ya que como toca derechos fundamentales debería ser una ley estatutaria.
Pero llega de un congresista que el gobierno tenía como aliado. Como ha contado La Silla, en la Unidad de Servicios Públicos Penitenciarios, Uspec, han ido nombrando a aliados políticos del senador Liberal.
Aun así, los gremios........
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