Llega el final del año y con él los ejercicios de escoger los hechos, los actores y las tendencias que marcaron este 2025 que culmina. Al igual que en años recientes, la economía tuvo su alta dosis de protagonismo desde el pulso global por la política arancelaria de Estados Unidos hasta el lanzamiento del sistema de pagos inmediatos Bre-b, pasando por la creciente preocupación por la seguridad energética.

De hecho, como lo hemos escrito aquí hace unas semanas, desde el punto de vista de los hogares y varias actividades económicas, la economía no termina mal y no sería un tema determinante para la campaña electoral del 2026. El impulso recibido en el tercer trimestre —un crecimiento del 3,6%— podrá llevar el PIB a cerrar el año con un aumento de entre 2,6 a 2,9 por ciento. El dinámico consumo de los hogares está jalonando la economía- se nota en conciertos, restaurantes, motocicletas y carros- así como el gasto desbordado del Estado.

A lo anterior se suma la proliferación de contratos de la administración pública, una baja tasa de desempleo en 8,2 por ciento en octubre pasado, niveles históricos de las remesas de los colombianos en el exterior, ‘bonanzas’ en sectores como el café y recuperación de industrias y comercios. Es decir, para el colombiano promedio de a pie, la seguridad constituye una preocupación mayor hoy que su situación económica, sin desconocer lo mal que millones de compatriotas lo siguen pasando. 

En conclusión, la ‘Petronomics’ no se convertirá en una herramienta adicional de........

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