Receta paralímpica
En el mundo altamente competitivo que han configurado para que nos matemos los unos a los otros, reina la frustración. Los desengaños se van acumulando hasta que el enojo pasa de esporádico a frecuente y llega un punto en que todo nos irrita. Cualquier excusa es buena para regodearnos en la creencia de ser las personas más desdichadas del universo y coquetear, de forma mórbida, con una depresión tétrica pero sin fundamentos.
Y llega agosto. Con sus agitos paralímpicos que son los de todas las banderas del mundo y que caen sobre nosotros como una cura de humildad y vergüenza.
¿Cuántas veces te has enfurecido por perder un tren? Siendo un niño, Ibrahim Hamadtou perdió ambos brazos en un accidente ferroviario. Aprendió a jugar al tenis de mesa sujetando la pala con........
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