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Nuevo orden

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17.09.2024

Era mediados de mayo de 2012. Aquella tarde estaba sentado en la sala de espera del Aeropuerto de Matamoros. Andrés Manuel López Obrador se sentó a mi lado. Duro, tal cual es, me dijo que le había gustado mi trabajo como cronista de su campaña presidencial, la segunda. Luego astuto como es, inició un diálogo en el que plasmó un futuro que consideré descabellado.

Como reportero, era mi último día cubriendo la segunda campaña presidencial de AMLO; recuerdo aquella plática que tuve con el hoy presidente de México.

Fue un día complicado, el equipo de seguridad había cambiado dos veces la ruta del evento al aeropuerto porque se habían registrado una serie de enfrentamientos en el marco de la guerra que le hizo Calderón al narco.

En esa plática —de la que conservo una fotografía que tomó el gran fotoperiodista Luis Cortés—, López Obrador me preguntó cómo había visto sus discursos, cómo había sentido el humor de la gente, qué pensaba de la cercanía que tenía con “el pueblo”. Le pedí permiso para hablar con franqueza y concedió.

No entrecomillaré. El entonces candidato presidencial me decía que era momento del pueblo, que era tiempo de los que menos tienen, de los olvidados por un sistema político y económico que había fracasado por la corrupción, donde los más ricos eran más ricos y los más pobres eran más pobres. Que los pobres y las clases medias debían tomar el poder pacíficamente.

Pero le........

© La Razón


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