El disimulo
Uno de los hombres que conoce desde sus entrañas al narcotráfico de la vieja escuela mexicana es Rubén Rocha Moya. Nació y creció en Badiraguato —cuna de Joaquín Guzmán, y corazón del Cártel de Sinaloa, que “El Chapo” fundó junto a Ismael “El Mayo” Zambada y Héctor “El Güero Palma— y ahí supo y conoció quiénes eran los que mandaban.
Rocha Moya, hoy gobernador de Sinaloa, siempre ha sabido cómo se mueve el narcotráfico en su estado. Hace diez años publicó un libro al que puso como título “El disimulo, así nació el narco” que, en aquel entonces defendió ante la prensa con esta frase: “Todo lo que cuento parte de un acontecimiento real, cosas que me tocó ver o escuchar… nunca me desligué por completo”.
Anoche me comentaron en el gobierno federal que todo indica que en breve Rocha Moya se quedará solo en esta crisis detonada por la captura de “El Mayo”, el asesinato de quien fue su amigo, aliado y después principal adversario político: Héctor Cuén y la guerra intestina que revivirán dos de las facciones del Cártel de Sinaloa: “Los menores” y “La Mayiza”.
Las cosas están que arden en aquel estado. En abril pasado, en este mismo espacio, advertimos sobre la crisis que se vivía detonada por el control draconiano que buscaba tener a ultranza el gobierno local sobre la........
© La Razón
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