La antefirma de Dios
La Ciudad de México amaneció dividida por el trazo de dos colores: el azul celeste y el amarillo crema. Ya en los autobuses, en el metro y en tráfico de esta loca urbe, ya la gente marca su territorio con la camiseta de sus amores o las clásicas banderas. Y no es para menos, ya los ventarrones de anoche y los árboles que cayeron en algunas calles de la capital del país, fueron el preludio de lo que será una batalla épica y que dará inicio esta noche en la cancha del Estadio Azul y el próximo domingo en un pletórico Estadio Azteca.
Cruz Azul tiene ante sí la misión de enterrar todos los fantasmas y traumas del pasado. Durante toda la semana se ha hecho eco en las coincidencias que ya sucedieron en el 2013 ante el mismo rival y en los mismos días del año. Aquella noche........
© La Razón
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