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Ángel Rafael Lombardi Boscán: El trabajo de la muerte

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18.12.2025

“La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Juan 1:5).

El mal existe. No es una condición metafísica. Somos portadores de buenas y malas acciones. Cerebro imperfecto y alma impura.

Lobos y corderos. La psicopatía, término moderno, aplica a todos los asesinos ilustres que mataron sin arrepentimientos, y hasta por placer.

Hay otros que no matan ni una mosca pero que destrozan espíritus, trabajos y familias. Lo hacen desde un mutismo inhumano y desapercibido por todos. Salvo las víctimas.

Carecen de culpa y empatía. Son vergüenzas andantes; soles negros con vocación de vampiros energéticos. Clínicamente su cédula de identidad son tres letras: TNP. Con sus variantes y gradaciones.

Es una subespecie humana encubierta y dañada. Una auténtica plaga pública de insalubridad mental.

No hay aún jurisprudencia que castigue sus delitos que entrarían en el ámbito de la privacidad anónima. Cuando se les logra cazar se hacen pasar por víctimas. ¡Saben lo que hacen; más no por qué lo hacen!

Sus niveles de conciencia son de los más retorcidos que existen. Y su utilitarismo es del tamaño de un pastor evangélico enamorado del oro. Parásitos sociales que la Historia a veces disecciona........

© La Patilla