Reproche a la revictimización
Errar es humano. No somos perfectos y, por tanto, estamos expuestos a equivocarnos cuando tomamos una decisión, cuando actuamos, cuando hablamos, cuando escribimos o cuando dejamos de hacer algo que debíamos haber hecho.
Pero, desde luego, también somos seres racionales, capaces de reconocer el error, de enmendarlo, de corregir y de adecuar nuestra conducta futura con el objeto de no repetir el error ni persistir en la equivocación.
Pero una cosa es el error y otra muy distinta la deliberada intención de provocar un efecto, a sabiendas de su equivocado objeto, peor aún si se causa un daño. Y más grave todavía si quien incurre en el acto correspondiente es un servidor público, aprovechando su función pública.
Estas distinciones vienen a propósito de la indebida y abusiva actuación de un miembro de la Cámara de Representantes -creo que de apellido........
© La Opinión
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