Victoria de Leningrado: un aniversario que Occidente preferiría olvidar
Dentro de otros diez días se cumple un aniversario trascendental de los anales de la historia moderna que sigue siendo un recuerdo vivo para el pueblo ruso. El sitio de Leningrado, posiblemente el episodio más espantoso de la Segunda Guerra Mundial, que duró 900 días, fue finalmente roto por el Ejército Rojo soviético el 27 de enero de 1944, hace ochenta años para ser exactos.
El asedio lo soportaron más de tres millones de personas, de las que murieron casi la mitad, la mayoría en los seis primeros meses, cuando la temperatura descendió a 30° bajo cero. Fue un acontecimiento apocalíptico. Los civiles murieron de hambre, enfermedades y frío. Sin embargo, fue una victoria heroica. Los leningradistas nunca intentaron rendirse a pesar de que las raciones de comida se redujeron a unas pocas rebanadas de pan mezcladas con serrín, y los habitantes comían pegamento, ratas –e incluso entre ellos– mientras la ciudad carecía de agua, electricidad, combustible o transporte y era bombardeada a diario.
El “pan de bloqueo”, cuya ración diaria era de 250 gramos para los trabajadores y 150 gramos para los niños, contenía serrín y celulosa. Los casos de canibalismo no eran raros en aquellos años. En total, murieron unas 800 mil personas de entre la población civil.Fue el 22 de junio de 1941 cuando los ejércitos alemanes cruzaron las fronteras rusas. En seis semanas, el Grupo de Ejércitos Norte de la Wehrmacht, fuerzas armadas del Tercer Reich, se encontraba a menos de 50 kilómetros de Leningrado en una fantástica blitzkrieg y había avanzado 650 kilómetros de profundidad en territorio soviético.
Un mes después, los alemanes prácticamente habían completado el cerco de la ciudad, sólo una peligrosa ruta a través del lago Ladoga hacia el este conectaba Leningrado con el resto de Rusia. Pero los alemanes no llegaron más lejos. Y 900 días después comenzó su retirada.
Tropas alemanas en los suburbios de Leningrado. Enseres domésticos abandonados y una iglesia en llamas al fondoEl épico asedio de Leningrado fue el más largo soportado por ciudad alguna desde los tiempos bíblicos, e, igualmente, los ciudadanos se convirtieron en héroes: artistas, músicos, escritores, soldados y marineros que se resistieron obstinadamente a que el hierro entrara en sus almas. Petrificados ante la perspectiva de rendirse a la Unión Soviética, los nazis prefirieron deponer las armas........
© Insurgente
visit website