El bache
Los más jóvenes no lo recordarán, pero hubo un tiempo en el que se contaba un chiste macabro que definía al ciudadano portugués como una persona que nacía en Portugal, trabajaba en Francia y venía a morir a España. El chascarrillo hacía referencia a la cantidad de emigrantes del país vecino que perdían la vida, allá por los años setenta del siglo pasado, en la nacional 620 a su paso por la provincia de Salamanca. «La carretera de la muerte» la llamaban.
Y tampoco habrá muchos que se acuerden de los kilométricos atascos que se producían en los meses de julio y agosto en el centro de la ciudad, porque no contaba todavía con una mísera circunvalación de la que disfrutan ahora mismo la mayoría de los pueblos españoles con cierta entidad poblacional.
Fue un ministro franquista, Gonzalo Fernández de la Mora, quien en 1973 abrió la veda de las promesas que nunca llegaban a cumplirse sobre........
© Gaceta de Salamanca
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