Esperando a Kast. Por Sergio Muñoz Riveros
El discurso de José Antonio Kast en la noche del domingo 14 fue acogido positivamente por la mayoría del país, incluida mucha gente que no votó por él o que lo hizo con dudas. Junto a la reafirmación de la noción de gobierno de emergencia, fue notorio su esfuerzo por mostrar amplitud de miras y ofrecer certidumbre sobre lo que viene. Dejó claro que no habrá un gobierno concentrado en el Partido Republicano, lo que reforzó con su decisión de renunciar a la militancia y de incorporar a los equipos de gobierno a todas las fuerzas que lo apoyaron.
Fue llamativo que dedicara generosas palabras a Jeannette Jara y a los gobernantes que lo precedieron, como también su explícito compromiso con el orden democrático y su deseo de ser el presidente de todos los chilenos.
Sin embargo, por alguna razón desconocida, el martes 16 viajó apresuradamente a Buenos Aires para saludar al presidente argentino. Al día siguiente, la fotografía de José Antonio Kast y Javier Milei al lado de una motosierra en un salón de la Casa Rosada fue publicada en primera página por varios medios, entre ellos el diario El País, de España, que la acompañó con esta lectura: “Milei y Kast, dos ultras unidos por la motosierra”.
Es evidente que Milei no improvisó esa puesta en escena “ideológica”. Le interesaba mostrarle al mundo que el triunfo de Kast en Chile debía interpretarse como un logro de su propia cruzada anarco-capitalista. Quizás, fue él quien le pidió a Kast que viajara inmediatamente después de su victoria. En realidad, el presidente electo no necesitaba ir a Buenos Aires para recibir un “regalo” como ese. Y más vale que su equipo de colaboradores saque las enseñanzas del caso.
Los gestos y pronunciamientos de Kast son observados hoy por todo el país, y también más allá de nuestras fronteras. Su elección motivó........





















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