Esa gente con palas sobre el puente
MADRID 3 Nov. (OTR/PRESS) -
En medio de la decepción con los políticos, de las acusaciones entre Gobierno central y autonómico, en medio del estruendo aumentado a veces por las voces mediáticas, un canto a la esperanza: esa fotografía de hileras de gente, llevando palas y carretillas, para echar una mano. Manos descoordinadas, entusiastas y a veces, ay, impotentes porque no había ningún responsable para dirigir su rumbo. Cuando dos centenares largos -aún no hay cifras definitivas-de cadáveres se apilan ante nuestro llanto, poco más cabe decir: hay más gente buena que saqueadores, desde luego. Hoy más políticos con lágrimas en los ojos que comisionistas pensando en cómo se van a forrar con la tragedia. Hay más llamadas en los medios a la cooperación entre administraciones que voces partidistas, sectarias, de venganza.
De acuerdo, pero y ahora ¿qué? Pues no es la hora de las dimisiones, ni de tirarse muertos a la cabeza: hemos llegado demasiado lejos, no hemos sabido........
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